Así de fácil es conseguir una identificación falsa para cometer fraudes

CIUDAD DE MÉXICO.-La facilidad con la que una persona puede conseguir una identificación oficial apócrifa en el país es una de las razones por las que se han detonado los fraudes bancarios, determinó la empresa de implementación de sistemas de identificación, Biometría Aplicada.

A través de una investigación, la empresa concluyó que la obtención de una credencial de elector apócrifa “puede resultar un proceso tardado, más no complicado”.

Sólo hay que caminar por la calle de República de Brasil, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, y esperar a que la oferta de invitaciones para bodas y XV años pase a credenciales de elector, licencias, actas de nacimiento o de defunción. Una vez que el cliente manifiesta al vendedor lo que necesita, éste lo conduce al interior de una vecindad remodelada donde se encuentran varios talleres. Ahí le muestran un catálogo con credenciales de varios precios, que van desde los 600 hasta los 3,500 pesos; el cliente sólo debe indicar para qué la quiere y de inmediato es asesorado por el encargado sobre la calidad de impresión que requiere”, detalla el documento.

Controles laxos

Humberto Flores, usuario de los servicios bancarios, asegura que casi en ningún lugar en el que está acostumbrado a pagar le solicitan su identificación oficial al momento de realizar algún pago.

Algo de lo que poco se habla es sobre la necesidad de exigir identificación oficial a todo aquel que pague con tarjeta bancaria, ya sea crédito o débito”, dijo.

“A mi esposa le clonaron su tarjeta de débito y pagaron en una gasolinería de la Ciudad de México, en Puebla, otros establecimientos en el mismo estado como Costco y Sanborn’s, uno más en el Costco de Satélite y vivimos en Naucalpan”, explicó.

Agregó que si en alguna de esas compras se hubiera pedido identificación oficial y se hubieran cerciorado de la autenticidad de este documento, estos cargos por más de 14,000 pesos se hubieran evitado.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, los reclamos imputables a un posible fraude en el primer trimestre de 2016, ascendieron a un millón 363,271, 60% más que en el mismo periodo del 2015.

Resaltó que las reclamaciones por un presunto fraude las entendemos como aquellas en donde el usuario manifiesta consumos no reconocidos por robo o extravío de tarjeta, clonación de la banda magnética, las compras remotas o ventas por teléfono o internet, las transferencias electrónicas no reconocidas, el robo de identidad o falsificación de datos personales.

Adolfo Loera, director general de Biometría Aplicada, consultoría que se encarga de implementar esta tecnología en beneficio de los usuarios, detalló que cada vez los bancos invierten más en sistemas de identificación biométrica dado el incremento en el número de fraudes del que también se convierten en víctimas con el robo de identidad.

Prevención del delito

La Condusef recomendó a los bancos:

Tomar las medidas necesarias para verificar la autenticidad y legalidad de las identificaciones que los clientes presenten para la contratación y uso de un producto o servicio financiero, considerando aquellos documentos de identificación previstos en las Disposiciones de carácter general a que se refiere el artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito.
Implementar como acción conjunta con los establecimientos afiliados y comisionistas de dichas instituciones, requerir a los clientes una identificación al momento de realizar la operación solicitada.
Revisar permanentemente las medidas de seguridad en sus sistemas y procesos de manejo de información, a fin de asegurar la inviolabilidad de los datos personales de los usuarios de los servicios financieros.
Verificar que los terceros con los que compartan sus bases de datos se hagan responsables del correcto uso y salvaguarda de la información que ellos manejen.
Ampliar la difusión por parte de las Instituciones Financieras, de los elementos básicos para prevenir e inhibir el Robo de Identidad al que están expuestos los usuarios.