David Páramo

Análisis superior

David Páramo

18 Jul, 2016

Coneval contra el mundo

Inegi publicó el viernes el Módulo de Condiciones Socioeconómicas 2015. Establece que el ingreso promedio de las familias creció 14.95% el año pasado, para ubicarse en 15,297 pesos y que la recuperación fue más elevada en los deciles uno y dos, es decir, los de menores ingresos.

Atrás de los detalles de este trabajo están la furia institucional y declaraciones irresponsables que desató entre los miembros del Coneval quienes, nuevamente, demuestran que ellos consideran que son los poseedores únicos de la verdad estadística nacional.

En el calendario de publicación del Inegi estableció que a partir de la publicación de MCS se utilizaría una nueva metodología que, como reiteraron en el comunicado de prensa, hace que estos datos no sean comparables con las series estadísticas.

El Inegi ha desarrollado en los últimos meses un proyecto para ajustar las metodologías de sus diversos análisis, lo que llevará a que cambie la manera en la cual se mide la inflación.

En todos los casos buscan que los ajustes permitan mediciones no sólo más precisas, sino de acuerdo con las mejores prácticas internacionales; sin embargo, en no pocos casos hacen que las series estadísticas no sean comparables.

FURIA

El Coneval publicó el viernes un comunicado de prensa en el que cuestionan los cambios realizados por el INEGI.
Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Coneval, hizo algunas declaraciones públicas en las cuales dijo que estos cambios provocarán que crezca la sospecha sobre las mediciones que hace el Inegi.

Aquí es necesario establecer algunos puntos:

1.- Es de ínfima inteligencia por parte de Hernández
Licona
tratar de sembrar dudas sobre una institución autónoma del Estado. El desgaste institucional afecta tanto al Inegi como al propio Coneval.

Resulta lerdo, por decir lo menos, pretender crear un debate político sobre las motivaciones del Inegi al medir la pobreza. De la posición asumida por el Coneval se desprende una intención de hacer creer que el Inegi le está metiendo mano a las cifras para generar la impresión de que hay menos pobres en el país o que las políticas públicas están funcionando.

Se trata de una posición tan carente de fundamento como irresponsable. El Inegi ha modificado sus operaciones no para hacer favores políticos al gobierno en turno, sino para que las mediciones sean más precisas y modernas. No hacerlo sería justamente ir en contra del mandato del Inegi, que es aportar datos estadísticos cada vez más confiables.

2.- Muestra la gran arrogancia e irresponsabilidad con la que se maneja el Coneval. Desde algún punto creen que sus mediciones son infalibles aun cuando muchas veces no toman mediciones internacionales como las de la OCDE o en sus cálculos, elaborados por ellos mismos, hay dudas de carácter técnico, puesto que parten de una gran cantidad de supuestos en la medición de la pobreza. Suponer es el principio del error.

De hecho, son comunes las diferencias con la Secretaría de Desarrollo Social, así como el desprecio que hacen los inversionistas internacionales a las cifras del Coneval, puesto que no son comparables con mediciones internacionales como las que hace el instituto dirigido por José Ángel Gurría.

3.- Si realmente la preocupación de los funcionarios del Coneval fuera la mejor medición de la pobreza, dejarían atrás sus desplantes dramáticos y sus alardes pidiendo respeto a su autonomía cuando descalifican a otras instancias del gobierno. Depondrían la virulencia del discurso.

Buscarían que las diferentes instancias dedicadas a la medición de la pobreza realizaran una suerte de convención en la que, respetando los mandatos de cada una de ellas, el país pudiera tomar decisiones mejor documentadas a favor de los mexicanos.

Sin embargo, individuos como Hernández Licona anteponen los efectos del mareo que les produce estar subidos en un pequeño tabique a los verdaderos intereses de los mexicanos.

SEGURIDAD JURÍDICA

Uno de los grandes temas de los contribuyentes era la necesidad de contar con seguridad y certidumbre jurídica. Hubo una época en el pasado reciente de México en la que las misceláneas fiscales y los ajustes tributarios eran una práctica anual que generaba una gran cantidad de problemas entre los contribuyentes y, más allá, afectaban la recaudación.

Pues resulta que nuevamente los legisladores han comenzado a ponerse creativos y están buscando crear nuevos impuestos, aumentar las tasas de los actuales y quién sabe cuántas cosas más.

Ante estas posiciones, el SAT ha señalado que es mucho mejor desde el punto de vista de la recaudación mantener el actual esquema sin nuevos impuestos, aumento a las tasas actuales o disminuir beneficios fiscales.  

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