Bancos europeos aprueban examen, pero sobre prácticas clínicas dudosas

Pese a todos los esfuerzos realizados por las autoridades europeas, todavía los inversionistas desconocen la verdadera dimensión del problema de la banca en dicha región. Al contrario que en Estados Unidos, en Europa nunca hubo un plan de salvamento general
Economía -
Bancos europeos aprueban examen, pero sobre prácticas clínicas dudosas

CIUDAD DE MÉXICO.-Uno de los riesgos sistémicos que más asusta a los mercados globales es el de la situación de la banca, sobre todo la europea. Y dentro de la europea, ninguna genera más dudas que la italiana. Por eso era tan importante el reporte sobre los tests de resistencia que elaboró la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) sobre la salud de las instituciones bancarias europeas y que se publicó el pasado viernes.

Sin embargo, dichas pruebas de resistencia, pese a las buenas intenciones de las autoridades por reforzar la credibilidad de los inversionistas en las entidades financieras y mejorar la transparencia del sistema bancario, no goza de buenos precedentes. Por ejemplo, en 2012, la banca española aprobó de forma mayoritaria el examen, pero esa supuesta buena salud se vio desmentida pocos meses después, cuando el gobierno español tuvo que solicitar a Bruselas un rescate bancario en toda regla.

Ahora tampoco parece haber mucha sintonía entre el diagnóstico del EBA y el veredicto del mercado. Para el organismo europeo, de las 51 entidades sometidas al examen sólo dos reprobaron. Uno es el italiano Monte dei Paschi di Siena, el banco más antiguo del mundo. Este banco, fundado en 1472, y que ha atravesado por todas las crisis del mundo durante cinco siglos, está muy cerca de perecer en ésta. El otro es el irlandés Allied Irish Banks.

Huyen de los bancos

Sin embargo, para el mercado, prácticamente todas las entidades financieras europeas generan suspicacias y, al menos en cuanto a rendimiento, están reprobadas. Los inversionistas se alejan de ellas y se deshacen de sus acciones por temor a lo que pueda pasar. Así, no hay peor sector en la bolsa europea que el bancario. El Stoxx Europe 600 Banks se ha despeñado, en lo que llevamos de año, un 27%, y de los 50 bancos que componen ese índice, sólo dos logran ofrecer un rendimiento positivo en el año: el británico Standard Chartered, un banco que opera sobre todo en las excolonias de África y Asia y que ni siquiera fue sometido al test, con un magro avance de 6.8%; y el noruego DNB, con 2.6%. 

El resto de entidades han sido masacradas en bolsa, lideradas por Monte dei Paschi di Siena, cuya acción apenas llega a los 30 céntimos de euro. En el año, la acción se ha hundido un 75% y desde su máximo de 2007, antes de la Gran Recesión, se ha desintegrado un 99.5%. En general, los italianos se ven muy mal: el Banco Popolare SC se ha desplomado, en este 2016, un 73.5%, UniCredit, el mayor banco del país, un 57.3%, la Unione de Banche Italiane un 55.7% e Intesa SaoPaulo un 36.2%.

Pero no sólo son las entidades italianas. Ahí están la gran banca europea: Credit Suisse se ha despeñado un 48.6%, Deutsche Bank un 46.6%, Commerzbank un 38.4%, Royal Bank of Scotland un 36.5%,  UBS un 31.6%, Barclays un 30%, Société Générale un 28.6%,  Credit Agricole un 27.3% y BBVA un 23.6%.

¿Cambiarán las percepciones?

Pues bien, el reporte del EBA no creemos que vaya a mudar esa percepción. El test sufre de algunas prácticas dudosas que el mercado no pasará por alto, por lo que las reticencias sobre la salud de la banca europea persistirán, y el valor de sus acciones seguirá deprimido.

Para empezar, el test examinó sólo a 51 bancos comparado con las 123 entidades que analizó en la anterior prueba de 2014. Es verdad que esos 51 bancos representan en torno al 70% de los activos del sector bancario europeo, el mismo porcentaje que en 2014. Pero por ejemplo, no entró en la evaluación, de manera sospechosa, ningún banco portugués o griego, dos de las economías más mermadas de Europa, y esa ausencia deja dudas sobre la verdadera fragilidad del sistema bancario europeo. 

En segundo lugar, la situación de partida del test es el 31 de diciembre de 2015, por lo que no toma en cuenta la presión que ha generado en los balances de los bancos la situación de tasas de interés negativas que se dio a partir de febrero. En efecto, esa circunstancia ha acelerado la caída de los ingresos de los bancos y  afectará a su rentabilidad futura, lo que también deja al sistema bancario europeo en una situación de mayor vulnerabilidad ante un escenario adverso.

Por supuesto que tampoco considera el asunto del Brexit, cuyo impacto sobre las acciones de los bancos europeos fue brutal. El mercado teme que el Brexit pueda debilitar aún más la recuperación económica, afectando por tanto al dinamismo del crédito, y fuerce al Banco Central Europeo (BCE) a deprimir todavía más las tasas de interés dentro del territorio negativo, lo que supondría otro revés para los ingresos de los bancos.

Caja negra

Pero sobre todo, y pese a todos los esfuerzos realizados por las autoridades europeas, todavía los inversionistas desconocen la verdadera dimensión del problema de la banca europea. Al contrario que en Estados Unidos, donde las instituciones bancarias fueron rescatadas con dinero público sin muchas contemplaciones, en Europa nunca hubo un plan de salvamento general. Sí hubo rescates a determinadas entidades en apuros, o a algunos países como Reino Unido, Irlanda o España, pero no hubo un plan integral para toda la región. Los bancos han transitado como han podido a través de una economía cuya recuperación nunca ha llegado, tratando de fortalecer sus niveles de capital conforme las circunstancias se lo han permitido, lo que afectó a su vez a su capacidad para otorgar créditos y estimular la reactivación económica. Pero no se sabe aún, a ciencia cierta, los activos tóxicos que poseen derivados de la crisis económica de 2008 y de la crisis de deuda soberana de 2012, ni qué bancos son los más expuestos, ni qué tan bien están provisionados. En consecuencia, es difícil discriminar qué entidades ofrecen una salud aceptable y cuáles cargan aún activos peligrosos, lo que genera una desconfianza generalizada en todo el sector.

El caso más problemático, ahora mismo, es el de la banca italiana, sometido a un riguroso escrutinio. Su sistema posee 360,000 millones de euros en créditos de baja calidad, o algo así como el 18% de su cartera crediticia, y el gobierno italiano trabaja con las autoridades europeas para establecer un plan de ayudas que no vulnere las reglas europeas, las cuales pretenden que los inversionistas privados cosechen parte de las pérdidas como condición para recibir recursos públicos. El mismo viernes, y poco antes de salir a la luz los resultados del examen del EBA, Monte dei Paschi revelaba un plan para inyectar 5,000 millones de euros al banco. Sin embargo, el primer ministro italiano Matteo Renzi, pretende establecer un plan para inyectar 40,000 millones de euros al sector bancario italiano. Otro banco italiano, UniCredit, es el banco “sistemáticamente importante” más frágil: en un escenario adverso, su ratio de capital descendería a 7.1% en el 2018. Entre los bancos “demasiado grandes para caer”, también destacan por su vulnerabilidad el británico Barclays, con un ratio de 7.3% en un escenario adverso, y el alemán Deutsche Bank (7.8%). 

El caso es que la banca europea no luce sólida, y no hay economía fuerte con banca débil. Lo que sucede es que, viendo el castigo en bolsa de la banca europea, no se ve una solución rápida para el sistema financiero europeo, lo que seguirá pesando en la endeble recuperación de su economía.

* Director de llamadinero.com y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM

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