Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

1 Feb, 2017

Amcham y CCE volteen a Indiana

En los días posteriores al triunfo de Donald Trump, los líderes del sector privado mexicano comenzaron a definir una estrategia para entrar en contacto con sus contrapartes del otro lado de la frontera con el fin de transmitirles la importancia de la interdependencia económica entre las dos naciones. El 6 de diciembre se celebró el US-Mexico CEO Dialogue, aunque bajo otra óptica debido a que todavía participaron los funcionarios de la administración Obama. Muchos empresarios confiaron en que la retórica de Donald Trump se moderaría como Presidente electo y aun más ya entrando en funciones, sin embargo, Trump ha continuado con su agenda adversa a México y su intención de renegociar el TLCAN con el objetivo de frenar la entrada de mercancías mexicanas así como deportar a millones de mexicanos y construir un muro con cargo a nuestro país.  Todavía hay quien tiene esperanzas de que el nuevo habitante de la Casa Blanca se mueva en una lógica racional, no obstante, la evidencia de sus primeros 11 días de mandato prueba que no es el caso y que se trata de una administración muy errática. En este contexto valdría la pena que el sector privado ejerciera un mayor activismo en Estados Unidos vía el Congreso.

En una entrevista reciente el expresidente Felipe Calderón citaba cómo en algún momento cuando Estados Unidos violó varias cláusulas del TLCAN tomaron diversas medidas de represalia muy específicas en contra de zonas muy bien definidas. Hasta ahora esa estrategia no ha sido ejecutada y no parece haberse dado una presión específica sobre los distritos electorales en lo que habrá más destrucción de empleos vinculados a las exportaciones y cadenas de valor con México.

Ayer que se dio la conferencia de la American Chamber junto con el Consejo Ejecutivo de Empresas Globales y el Consejo Coordinador Empresarial, entre algunos otros organismos, se habló de fortalecer al mercado interno, aprovechar las alianzas comerciales más allá de Estados Unidos, atender temas como la corrupción, entre otros.  El sector privado ha mostrado su apoyo al gobierno federal en su postura de negociación. Sin embargo, todavía podrían dar pasos adicionales como cabildear directamente a nivel estatal mediante la contratación de firmas de lobbying para operar en las cámaras de representantes y de senadores y hacer tangible electoralmente, distrito por distrito, las bondades de la interdependencia económica. A lo que habría que sumar una comunicación directa y emocional con el elector estadunidense.

El diagnóstico no es nuevo, a mediados de 2014 asistí a Washington DC a un evento organizado por la Asociación de Empresarios Mexicanos en Estados Unidos, el Wilson Center y ProMéxico, el título del evento era: “Vislumbrando una frontera competitiva México-Estados Unidos”. Desde entonces quedaba claro que los empresarios mexicanos tenían un largo camino por recorrer para mostrar que la agenda binacional va más allá de los temas de migración y seguridad en la frontera. En un desayuno de unos cuantos empresarios de ambos lados de la frontera con Roberta Jacobson, en ese entonces en su papel de encargada del Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado, la funcionaria planteó como primer tema la crisis de los menores en la frontera con México el diálogo no profundizó mucho más allá.

En ese entonces un presidente Trump era impensable y evidentemente no logramos cambiar la narrativa de la relación y hoy vivimos con las consecuencias. La estafeta que podrían tomar las cámaras y organismos del sector privado debería darse a través de una operación quirúrgica. Como ejemplo Indiana, estado del que era gobernador el actual vicepresidente Mike Pence y en el que obligaron a la empresa Carrier a cancelar la apertura de una planta en Monterrey. Lo primero que hay que entender es que México es el segundo socio comercial del estado.

En 2015, Indiana exportó a México cuatro mil 912 millones de dólares, de los cuales 32% fue equipo de transporte, otro 29% fue de maquinaria no eléctrica y en un lejanísimo tercer lugar químicos, con seis por ciento. De las exportaciones de dicho estado dependen 796 mil empleos en los que se paga 18% más en salarios que en las compañías que no exportan. 

El principal distrito en materia de exportación es el que corresponde a la ciudad de Indianápolis, que tiene como representante al demócrata André Carson y otra de las áreas de mayor exportación es la que corresponde al distrito seis de Luke Messer, republicano. Los nueve asientos de los representantes de Indiana estarán en juego el 6 de noviembre de 2018, aun cuando se terminara el TLCAN entre México y Estados Unidos valdría la pena que el sector privado se mantenga cercano al proceso y así limitar al menos a dos años la predominancia política de la agenda destructiva hacia nuestro país en materia de comercio.

No quise abordar Texas, que es mucho más fácil que la lejana Indiana, en el caso del estado de la estrella solitaria que tiene un superávit comercial de más de ocho mil 400 millones de dólares con México hay 36 lugares a disputa en la Cámara de Representantes en la próxima elección, 25 de ellos hoy los detentan republicanos. 

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