Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

30 Ago, 2017

Viajeros

 

Uno de los principios del periodismo digital de nuestros días es el adagio “lo que hace la mano hace la tras”. Sobran ejemplos, pero uno muy ilustrativo acaba de ocurrir con la nota sobre una extraña pintura de 1937. En ella aparece un nativo americano que sostiene en su mano derecha un objeto parecido a un iPhone, en una posición semejante a la de tomarse una selfie.

Para no quedar fuera de la conversación global, sitios informativos de varios países e idiomas retomaron la información publicada el 24 de agosto por el periodista Brian Anderson en Motherboard, sección de tecnología de la revista Vice. Desde entonces, todos los días hay más portales que se suman a “la nueva fiebre que contagia a las redes”, aunque en la mayoría de los casos no se cita con precisión el contexto de la historia.

En realidad, el artículo de Anderson no es propiamente la nota informativa de un hallazgo reciente, sino un conjunto de reflexiones que le provoca el mural “Mr. Pynchon and the Settling of Springfield”, del pintor italiano Umberto Romano. Esta obra describe una escena del siglo XVII en el actual territorio del estado de Massachusetts, en la que se observan colonos ingleses e integrantes de grupos étnicos originarios de Norteamérica.

Uno de estos últimos sostiene un objeto rectangular negro que, efectivamente, asemeja un teléfono inteligente de nuestros días, impresión que se acentúa con la expresión del nativo americano, que lo observa como si estuviera consultando algo ahí. Anderson aclara que no es el primero en notar esa semejanza, sino que ésta ya había estado consignada en un pie de grabado en un ensayo de 2015 del historiador Daniel Crown.

Consultando al propio Crown y a la antropóloga Margaret Bruchac, Anderson especula que el objeto representado en la pintura podría ser un espejo, un libro de bolsillo religioso o una cuchilla de hierro.  O bien, como sugiere casi al final, “un iPhone en las manos de un viajero del tiempo”.

Esta frase fue muy replicada y, de hecho, opacó la reflexión más interesante de Anderson sobre una pose hoy muy típica, pero que fue plasmada siete décadas antes de la invención del modelo de smartphone dominante. Una premonición anacrónica –por estar ubicada en la época colonial estadunidense– de la forma como se relacionan hoy en día los individuos con esas ventanas al mundo llamadas pantallas.

Por supuesto, no se trata de una estampa única en su género. Antes que el pintor Umberto Romano, el ilustrador francobritánico George du Maurier dibujó un rectángulo pegado a una pared que permitía a unos padres de familia ver lo que hacían sus hijos, situados lejos de ellos, e incluso conversar con ellos. La imagen, publicada en el almanaque de 1879 de la revista satírica británica Punch, fue titulada “El telefonoscopio de Edison”, un falso aparato que intentaba burlarse de las incontenibles pretensiones innovadoras del inventor estadunidense.

A aquella caricatura se le considera hoy el antecedente profético de las televisiones planas y el Skype, aunque los referentes de la época victoriana en la que surgió no son tanto tecnológicos, sino que se trata más bien de objetos semimitológicos: las bolas de cristal –ésas sí, adivinatorias– y los espejos mágicos.

Esta reflexión forma parte del libro The Screen Media Reader: Culture, Theory, Practice (Bloomsbury Academic, Nueva York/Londres, 2017), una monumental recopilación de ensayos y análisis sobre el rol que juegan las pantallas como expresión cultural, fuente de información y forma de entender la vida. Compilado por Stephen Monteiro, profesor de la Concordia University de Canadá, la obra alterna textos clásicos, como La República, de Platón, y Por el camino de Swann, de Marcel Proust, con escritos de pioneros de la fotografía como Daguerre y Fox Talbot. La parte sustantiva reúne trabajos previamente publicados de expertos contemporáneos que recuerdan a otros visionarios, como Albert Robida, que imaginó el Facetime con más de un siglo de anticipación, y Hugo Gernsback, que hace más de 50 años ya se había retratado con un televisor portátil, antecesor de los Google Glass.

Publicado apenas en enero pasado, The Screen Media Reader está disponible en formato ebook en las tiendas de Apple y Google. Desafortunadamente no ha gozado de la fama viral del artículo de Motherboard, aun cuando sus páginas también están repletas de viajeros en el tiempo.

marco.gonsen@gimm.com.mx

 

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