Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

18 Oct, 2017

Q*Bert

 

¿A qué edad se retira un gamer? A los 24 o 25 años, a lo mucho a los 30.  Así lo asegura un reportaje publicado el domingo pasado por la sección Retina del diario español El País, titulado precisamente con esa pregunta, y que cita los casos de videojugadores de competencias profesionales que, después de esas edades, padecen de tendinitis y carecen de los reflejos suficientes para mantener un nivel de alto rendimiento.

Una nota así habría arrancado una pícara sonrisa a Doris Self, una simpática anciana nacida en Boston en 1925 y que desde su juventud ya había hecho méritos para pasar a la historia, al ser una de las primeras azafatas del DC-3 de Eastern Airlines, uno de los más exitosos aviones comerciales y militares de su época y que actualmente se exhibe en uno de los museos del Smithsonian Institution.

Doris se casó con un piloto de esa misma aerolínea y enviudó cuando rondaba los 50 años. Para animarla, un día su hija la llevó al cine y luego al restaurante de pizzas Chuck E. Cheese, donde la invitó a que probara suerte en una máquina tragamonedas de videojuegos, de las llamadas “arcade”.

Esa fue su perdición. O, mejor dicho, la oportunidad para una nueva gloria. Ya viviendo en un poblado de Florida, Doris descubrió un local de videojuegos que estaba lleno de niños todo el día, por lo que se las arregló para practicar durante las madrugadas la que se había convertido en algo más que una adicción.

Ella se especializó en un juego llamado Q*Bert, el producto más exitoso de una empresa establecida en 1927 como fabricante de mesas de pinball y que llevaba el nombre de su fundador, David Gottlieb.

Se trata de un desafío tipo rompecabezas en el que el personaje epónimo –una bola naranja con patas, trompa y ojos enormes– debe brincar por una pirámide formada por cubos. Cada vez que pisa uno de sus lados, éstos cambian de color. La meta es cambiar todo el color de la pirámide sin ser tocado por esferas y serpientes, a las que burla volando en abigarrados platillos. Cada vez que pierde, Q*Bert pronuncia un sonido incomprensible, pero que es representado con un globo de diálogo y signos que simbolizan haber dicho una grosería.

En 1984, cuando tenía 58 años de edad, Doris Self se convirtió en la campeona mundial de Q*Bert, al lograr un récord de un millón 112 mil 300 puntos. A diferencia de sus contrincantes más jóvenes, ella no aprendía patrones de juego, sino que simplemente se dejaba llevar por la propia inercia de éste. Su hazaña fue conocida por Walter Day, otro aficionado a los juegos clásicos que desde su compañía, Twin Galaxies, se ha dedicado a compilar récords en la materia. Con esa autoridad, la nombró como la persona de mayor edad en el mundo poseedora de una marca global en algún videojuego.

Lamentablemente, ambos logros le duraron poco. Su puntuación en Q*Bert fue superada al año siguiente y, en 2003, un hombre de 72 años también consiguió un récord mundial. Ya para ese entonces se había vuelto más afecta a otras diversiones como el bridge y el póker, además de que las arcade habían pasado de moda ante el auge de las consolas caseras.  

Pero en junio de 2005, su leyenda volvió a resurgir. Patrocinada por Billy Mitchell, el más famoso de los gamers plusmarquistas y máxima autoridad en Pacman, Doris Self participó a los 79 años en el torneo de videojuegos clásicos Funspot en Weirs Beach, New Hampshire. El propio Mitchell le regaló una máquina para que practicara y pudiera así recuperar su liderato.

No logró tal propósito, aunque aquel regreso sirvió para que una nota biográfica suya fuera publicada el 11 de junio de ese año en The Boston Globe y, sobre todo, para que ella misma apareciera en el estupendo documental The King of Kong: a fistful of quarters –el cual vale la pena ver en Netflix México–, que al final tiene una amorosa dedicatoria a la sonriente y entusiasta jugadora, fallecida en un accidente automovilístico en octubre de 2006.      

Recordarla es una buena forma de celebrar los 35 años que hoy cumple Q*Bert (el copyright solicitado por Gottlieb en EU marca como fecha de lanzamiento el 18 de octubre de 1982), que sigue vigente en la versión Rebooted, disponible en PlayStation 4, Xbox One y dispositivos móviles.

Es poco probable que alguno de sus contemporáneos jugadores iguale la habilidad de Doris Self, quien con justa razón se quejaría de que los jóvenes competidores de ahora no aguantan nada.

marco.gonsen@gimm.com.mx

 

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