Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

17 Nov, 2023

Descarbonización, un reto que también tiene alas

En materia de reducción de emisiones de carbono, al parecer las autoridades tienen la brújula orientada sólo sobre el automotriz, a diferencia de otros países que tienen muy presente a la industria aeronáutica, que produce poco más del 2% de emisiones a nivel global.

Aunque a algunos les pueda parecer poco, ese sector se ha tomado las cosas muy en serio y realizan acciones tangibles, no sólo con miras hacia 2030, sino hasta 2050, año en el que desean alcanzar las cero emisiones.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) tiene proyecciones de que para 2050 se deben mitigar 1.8 gigatoneladas de carbono, haciendo uso del 65% de Combustible Sostenible para la Aviación (SAF, por sus siglas en inglés) en los aviones. El SAF se produce a base de aceites vegetales, grasas animales y otros componentes. Su uso genera emisiones hasta 80% menores que la turbosina convencional. La producción en el mundo aún es escasa y el costo triplica el del combustible convencional. De ahí el reto de generar regulación inteligente e incentivos para que se produzca y distribuya en México y en todos los países posibles.

En junio pasado, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales presentó la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica, que tiene como meta que, en 2030, los vehículos eléctricos representen 50% de las ventas de autos ligeros y pesados. No abordaron el sector aéreo o quizá no tienen contacto con la SICT, pues el gremio aéreo va más avanzado de lo que se cree y conoce.

De acuerdo con datos de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), organismo gubernamental que es oligopolio en la distribución y venta de turbosina, al cierre de 2022 se consumieron 5 mil 90 millones de litros para suministrar 61 estaciones en el territorio nacional, un promedio diario de casi 14 millones de litros, ninguno de SAF.

Cifras de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) revelan que en Latinoamérica sólo Paraguay, Panamá y Brasil están produciendo un poco de SAF, pero su venta ya está comprometida. Si alguna aerolínea mexicana quiere adquirirlo tiene que ir al extranjero.

A pesar de que en México llevamos un retraso considerable en la materia, las aerolíneas mexicanas están haciendo su parte de manera destacada para reducir las emisiones. La inversión más fuerte es en flota, tanto que en los últimos dos años, por ejemplo, Aeroméxico incorporó alrededor de 60 aviones nuevos, cuya tecnología y eficiencia de última generación permite un consumo de combustible de entre 17% y 25% menos que otros modelos.

Viva Aerobus y Volaris han incorporado más de 60 aviones de última generación de Airbus, por lo que México tiene una de las flotas más jóvenes del mundo gracias a esas tres aerolíneas, cuya edad promedio de aeronaves ronda los cinco años.

Contrario a Magnicharters,  que tiene seis aviones registrados con antigüedad de más de 27 años o las de TAR, con aviones de más de dos décadas de haber sido fabricados y que, por cierto, está rescatando a la Mexicana del gobierno que no logró traer los aviones Boeing 737 prometidos y le rentó a TAR tres viejos equipos con los que se pretende alzar el vuelo el próximo 1º de diciembre. Esas flotas viejas contaminan a niveles que no suceden en ninguna de las tres principales aerolíneas privadas.

La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organismo de la ONU que tiene en sus filas a 193 países, incluido México, que firmaron el Convenio de Chicago sobre Aviación Civil Internacional, trabaja en el Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (Corsia, por sus siglas en inglés), medida que se diseñó para compensar las emisiones de CO2 y cuyos compromisos son, también, notables.

En conclusión, la mayoría de las aerolíneas están haciendo su tarea a nivel local y global para descarbonizar, buscando inversiones y alternativas para cumplir los objetivos comunes y coordinados en los que trabajan los organismos de su sector. Hay mucho de industria, poco de gobierno y México no debe quedarse atrás.

 

 

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