Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

14 Ago, 2023

Mexicana, un trancazo para los contribuyentes


Hasta el cansancio nos han dicho que el gobierno se quedó sin aerolíneas de Estado, pero la historia está incompleta.

Mexicana y Aeroméxico, cuando volaban al amparo de la empresa Cintra, eran aerolíneas que no operaban con presupuesto federal, tenían una administración propia y un financiamiento privado sin riesgo para el erario. El Estado tenía participación accionaria cuando estaba involucrado el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) y su venta significó inversiones que las modernizaron, las hicieron más eficientes y permitieron desarrollar sustancialmente la conectividad doméstica e internacional de nuestro país. Es más, su privatización y competitividad generaron nuevos viajeros.

La quiebra de Mexicana de Aviación sí fue muy lamentable en todos los sentidos, pero su quiebra no fue cargada a los bolsillos de la población.

La aerolínea del Estado que compró sólo el nombre de la extinta aerolínea es un golpe a los recursos públicos porque, a diferencia del pasado, esta nueva empresa nacerá con dinero del presupuesto federal que proviene de todos quienes pagamos impuestos y no sólo eso, la tendremos que mantener porque emprender un negocio tan complejo, sin experiencia y sin un plan de negocios, promete ser un viaje turbulento y sin viabilidad financiera.

La inversión inicial anunciada por el Ejecutivo es de cuatro mil millones de pesos y, para que usted dimensione el tamaño del golpe, ese monto —que sólo es el inicial— es el equivalente al presupuesto que habrá tenido en todo este sexenio la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC).

No olvide que la AFAC es la autoridad aeronáutica del país, es el regulador aéreo que fue degradado hace más de dos años de categoría en seguridad por su similar de Estados Unidos, tras haber incumplido estándares y normas internacionales de seguridad. Si esos recursos de la nueva aerolínea fueran inyectados a la AFAC, tendríamos una autoridad del nivel que necesita un país tan estratégicamente ubicado y conectado como México.

Y le doy otro dato, esa degradación, que es una responsabilidad burocrática, la pagamos los viajeros y las aerolíneas de México y, extrapolando cálculos del Centro de Investigación y Competitividad Turística de la Universidad Anáhuac (Cicotur) y de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), le estará costando a las aerolíneas de México, cuando menos, 20 mil millones de pesos, cinco veces más de lo que con nuestros impuestos se pretende arrancar una miniaerolínea militar que, a todas luces, promete ser otro elefante blanco que se suma a la lista de proyectos onerosos y sin sentido financiero ni social.

No cabe duda que, una vez más, el gobierno la hace y el pueblo sabio la termina pagando.

 

De FONDOS A FONDO

#BANXICO… Son pocas las voces que cuestionan las acciones de política monetaria tomadas por la Junta de Gobierno del Banco de México, que gobierna Victoria Rodríguez Ceja. La decisión, confirmada unánimemente por los integrantes del cuerpo de gobierno, de esperar a ver una baja contundente y sincronizada de la inflación en todos los índices y subíndices, deberá tornar a los economistas y analistas pronosticadores más “data dependientes” que “marketer forecasters”.

En charla con esta columnista, Alonso Cervera, director ejecutivo de Estudios y Asuntos Públicos y jefe de Gabinete de Santander, reconoce que el Banco de México se dio un espacio para tener evidencia suficiente de la consolidación de la inflación a la baja.

El “tiempo prolongado” al menos extiende la posibilidad de comenzar a bajar las tasas, probablemente, en noviembre o diciembre, pero no a finales de septiembre, como muchos anhelan, bajo el supuesto de que una baja de tasa hoy actuaría en forma directa para regresar el nivel del tipo de cambio a “niveles normales”.

El Banco de México ha ganado una gran credibilidad, pues tras reconocer la apreciación del mercado cambiario, también está consciente de que ésta no obedece sólo a la postura monetaria, sino a la fiscal, al entorno geopolítico, a la dinámica de la economía mexicana, que crece estable y por arriba de lo esperado por la comunidad de pronosticadores.

La realidad es que México está teniendo vientos favorables, tanto para la economía como para las empresas y consumidores, pues si la apreciación estuviera minando la cuenta corriente, cómo explicamos que México sea el único país cuyas exportaciones a Estados Unidos siguen creciendo, como los resultados en materia de turismo, actividad que se expande al doble de lo que lo hace la economía y, sólo considerando el turismo de internación (no el nacional), está cercana a siete por ciento.

 

 

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