Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

26 Jul, 2023

Pemex: no puede solo, pero insisten

En los últimos días, cuando surgen analistas y expertos en Pemex, llama la atención que pocos o nadie ha puesto sobre la mesa dónde están las fallas y cuáles son las estrategias para los siguientes años.

Porque más allá de los candidatos o de quién gane las próximas elecciones, Pemex seguirá teniendo un papel clave para el país, como ya lo tuvo con gobiernos panistas, priistas y, ahora, morenista. La empresa está quebrada desde el sexenio pasado, su balance de resultados no cuadra, pues sus ingresos no corresponden a sus egresos y, de eliminársele la carga fiscal, el gobierno federal tendría que suplirlo cobrando más impuestos.

Pemex y el presidente López Obrador decidieron hacer grande a una empresa cuyo activo se hace chico, por ende no se reconoce que uno de los problemas centrales de la empresa estatal es la confiabilidad operativa vinculada con el pésimo estado físico en el que se encuentran muchas de sus instalaciones, entre ellas las plataformas, plantas de refinación, ductos, sistemas de transporte, etcétera.

Pemex no está cubierta frente a cualquier eventualidad o falla para garantizar que no haya afectaciones a la producción, como ha ocurrido con los últimos accidentes.

En el caso del gas asociado, Pemex frecuentemente se ve forzado a disminuir la producción de aceite y gas de un campo, simplemente porque no tiene capacidad de manejo y procesamiento, toda vez que las instalaciones o están obsoletas, en el caso de los campos maduros, o no existe capacidad para el manejo, como los recientes descubrimientos de Ixachi o Quesqui. Aquí, por supuesto, hay un problema, pero también una oportunidad para invertir. 

Pero no tiene recursos propios para ello y los disponibles del espacio presupuestal han ido a parar a Dos Bocas. El reciente accidente en Cantarell evidenció la problemática que tiene Pemex en materia de infraestructura y la urgente necesidad de que comience a buscar alianzas con el sector privado para que, con dinero fresco y sin comprometer la soberanía, se invierta aceleradamente en un proceso de mantenimiento y modernización mediante fórmulas inteligentes y que, incluso, están operando en otras partes del mundo. La optimización de portafolio sería una solución alternativa o complementaria para la inversión en infraestructura.

Ahí tiene el caso de Petrobras en Brasil. El gobierno de Lula da Silva decidió concentrar esfuerzos en sus mejores campos pre-salt y dejar a otros los terrestres y marinos profundos que no tienen la misma rentabilidad.

Pemex podría operar un esquema similar. Con los beneficios obtenidos de los privados podría sanear sus finanzas y mejorar al mismo tiempo, la infraestructura de sus operaciones.

México y el futuro gobierno no pueden darse el lujo de seguir perdiendo reservas. Aunque sin mucha publicidad, Pemex ya está colaborando con empresas privadas, por cierto, varias mexicanas asociadas con compañías globales, es necesario romper con el círculo vicioso de dañar la dinámica de los yacimientos por falta de capacidad e infraestructura.

La idea de que Pemex es autosuficiente es un sueño. Y le puedo confirmar que muchos técnicos y especialistas al interior de la paraestatal, no sólo lo reconocen, sino que también ya evalúan alternativas para darle viabilidad a la empresa, incluso darles rentabilidad a algunos activos que no la tienen actualmente.

El Presidente y la administración de Pemex deben presentar alternativas y estrategias para reestructurase y fortalecer su balance. Eso sí es soberanía. Hay talento y experiencia en el sector privado, que está dispuesto a arriesgarse y que no le teme a una regulación adecuada.

Pemex no tiene ya capacidad de endeudamiento, no tiene liquidez ni capacidad para aprovechar precios altos de crudo porque cae su producción, tiene enfrente la reestructura de dos créditos sindicados bancarios y vencimientos por 10 mil millones de dólares en los próximos 12 meses. En sus condiciones, Pemex destruye valor, no construye, y de pilón debe a sus proveedores y contratistas, facturados 69 mil 744.4 millones de pesos, lo que implica que ya tienen Codificación de Pagos y Descuentos (Copade) y, dice que tiene pendientes de facturar a junio, 4 mil 101.5 millones de pesos. Total: 4 mil 343.5 millones de dólares de puro estrangulamiento de liquidez a su red de servicios.

 

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