Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

9 Ene, 2020

2020: el año decisivo del sexenio

Cada sexenio tiene en México uno o varios momentos o decisiones que los define y además, marcan al gobernante; si no para siempre, sí para una buena cantidad de años. Algunos de esos gobiernos y si lo prefiriere, los gobernantes que los encabezan, llevan esa fecha o la decisión tomada como carga imposible de ignorar.

Díaz Ordaz con el 2 de octubre; Echeverría con el 10 de junio, el asesinato de don Eugenio Garza Sada y la expropiación atropellada de más de 30 mil hectáreas en el Valle del Yaqui y por si faltare algo, el golpe a Excélsior y la devaluación al final de su gobierno.

A López Portillo, su rompimiento con Echeverría y la ignorancia total en materia económica, así como el despilfarro de decenas de miles de millones de dólares americanos, junto con su frivolidad de galán clasemediero chilango y la expropiación del sistema bancario mexicano.

A Miguel de la Madrid, la reversión de la expropiación bancaria y la privatización de más de 1000 empresas propiedad del gobierno, su conducta medrosa en el temblor de 1985 y por último, la incorporación al GATT que abrió nuestra economía porque, era la única opción que el país tenía. Hoy, en el colmo de la insensatez, no pocos añoran el viejo modelo que cayó hecho pedazos.

A Salinas, el encarcelamiento de Joaquín Hernández y Eduardo Legorreta, el TLCAN y la profundización de la apertura e incorporación a la globalidad y por supuesto, el surgimiento de la guerrilla de mentiritas con rifles de madera del subcomediante y el asesinato de Luis Donaldo y el desbarajuste cambiario que dejó.

A Zedillo, el encarcelamiento de Raúl Salinas y la ópera bruja que armó desde la PGR Antonio Lozano, el recambio de la Suprema Corte y su férrea posición en cuanto a recuperar la salud de las finanzas públicas y la derrota del PRI.

A Fox, su correcta decisión al designar al que quizás ha sido el mejor secretario de Hacienda, el doctor Francisco Gil Díaz, y el desempeño de los hijos de su esposa; también, su poco o nulo respeto de las formas de la gobernación y el proceso fallido de desafuero de López y haber logrado ratificar al PAN en el gobierno.

A Calderón, difícilmente habrá otro elemento que lo identifique como la mal llamada, insidiosa e injustamente, Guerra de Calderón.

A Peña, sin duda, las reformas estructurales que por encima del retroceso que ha impulsado López, buena parte ahí está para bien del país. Por otra parte, negar la corrupción ofensiva de no pocos de sus cercanos es imposible; si faltare algo, su cualidad de galán provinciano que a la fecha no lo abandona.

¿Qué decir de López? A pesar de llevar apenas 13 meses de gobernar, ya es larga la lista de actos y decisiones que identificarán su gobierno, y a él mismo: la cancelación del NAIM, el proyecto del Tren Maya y Dos Bocas, entre muchos otros.

Termino con el título; como en los otros casos, siempre hay un año clave en cada sexenio. Para López, éste será su año clave; lo que haga o deje de hacer este año definirá su gobierno, y a él. Además, muchas de las cosas que intente y sean un fracaso, sólo aumentarán el número de momentos y decisiones que lo definirán como gobernante.

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