Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

11 Jun, 2019

¿Cuándo parará esta locura?

La semana que recién terminó fue, a no dudarlo, la más rica en elementos para forjarnos un juicio objetivo del presente gobierno y de la gobernación que está llevando a cabo.

El sainete que nuestros funcionarios y el gobernante han escenificado desde el fin de la semana antepasada a la fecha ha dejado ver una faceta de no pocos, las cuales mantenían ocultas o no había habido ocasión propicia para exhibir algunos rasgos de su personalidad que, por decir lo menos, han llevado ciertas conductas a niveles impensables todavía hace unas cuantas semanas.

¿Acaso usted habría imaginado que en un acto que los cursis han calificado de histórico –cuando no pasó de ser un mitin desangelado– presidido por el mismo Presidente de la República, participarían en calidad de oradores dos dignatarios religiosos que han hecho del oportunismo y la búsqueda de reflectores la razón misma de su vida? También, ¿había aceptado como posible que en un mitin como el de Tijuana participaría en calidad de tapete el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelín? 

Es más, ¿recuerda usted declaración alguna de algún canciller de los gobiernos anteriores desde hace no pocos sexenios, que hubiera pronunciado –sin sonrojarse–, tantas mentiras y exageraciones que lo único que buscaban era soportar una ambición personal traducida en presentarse a sí mismo como niño héroe?

Si ahora nos fuéremos a la forma cómo manejó aquí nuestro gobierno la publicidad de la negociación con funcionarios de Estados Unidos eludiendo, en todo momento, la verdad y mintiendo de manera descarada y burda, la pregunta obligada no sería otra que la siguiente: ¿Cuándo terminará esta locura? ¿A dónde llegará este gobierno en su perversa intención de presentarse como el defensor de la patria amenazada cuando, lo que en verdad se da no es otra cosa que una inexperiencia e incapacidad para la gobernación de dimensiones inimaginables?

¿Parará algún día este proceso irresponsable que lleva a este gobierno a dejar de lado su responsabilidad en la gobernación y privilegiar el mitin y el discurso desde el templete que sólo busca dividir y encubrir la falta de capacidad para gobernar?

Por otra parte, ¿cuál será la reacción de quienes han armado una narrativa que es, por decir lo menos, ridícula, cuando se conozca la verdad de lo discutido, planteado como exigencias por el gobierno de Estados Unidos y aceptado sin chistar por nuestra parte?

Ya la prensa de Estados Unidos ha empezado a dar a conocer detalles que dejan, hoy por hoy, mal parada la versión heroica de Marcelo Ebrard.

¿Qué dirán y harán cuando, por razones obvias y por lo tanto fáciles de entender, no cumplamos con lo que aceptamos llevar a cabo en favor de decenas de miles de migrantes que han entrado ilegalmente al país, y de los miles que expulse Estados Unidos a nuestro país que deberemos aceptar y apoyar?

Por eso pregunto, ¿cuándo detendrán este proceso de mentiras y embrutecimiento colectivo que raya en la insania?

¿Acaso piensan –el gobernante y los suyos– que podrían seguir siempre así? De pensarlo posible, ¡cuán equivocados están! Poco tiempo queda ya de sus desatinos y ocurrencias.

 

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