Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

4 Ago, 2020

Imposible negarlo, ¡es la economía!

Las cifras dadas a conocer hace días por el Inegi (en relación con el desempeño de la economía durante el segundo trimestre del año en curso, medido con el Producto Interno Bruto), me hicieron recordar la conocida frase de James Carville acuñada en la campaña de Bill Clinton por la Presidencia de Estados Unidos, en 1992, la cual, a fuerza de haber sido tan citada, no requiere traducción: It´s the economy, stupid! 

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Hoy, si bien hay otros problemas que es imposible y peligroso no atender, el centro de todo está en la economía y su desempeño. De la recuperación del crecimiento y la creación masiva de empleos formales depende, en buena medida, que pueda prestarse atención y destinar recursos a la salud, a la educación y a la seguridad y al combate frontal de la delincuencia.

De ahí, pues, que tome la frase de Carville (Es la economía, ¡estúpido!) no con ánimo de ofender, sino sólo para llamar la atención a lo que hoy, para millones de mexicanos, es obvio: Hay que voltear a ver lo que pasa en la economía e intentar determinar las causas del estancamiento casi perpetuo que en este gobierno se volvió caída (2019) y hoy (2020), ya es recesión.

El gran mérito de Carville fue, sin duda, insistir y argumentar que Clinton debía enfocarse —dada su debilidad ante el adversario que parecía ser gigante, Bush padre— en las cuestiones relacionadas con la vida cotidiana de los ciudadanos y sus necesidades más inmediatas. De ahí la frase: It´s the economy, stupid!

Aquí y ahora, entonces, ante el adversario principal que se presenta como profunda recesión —la cual, de descuidarnos nos aplastaría aún más—, la prioridad imperativa que debe estar por encima de las demás es la economía; no la búsqueda de votos por parte del gobernante para su partido —con miras al año 2021— ni la intentona de querer recuperar la popularidad perdida. 

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Por otra parte, lo que vuelve todavía más adecuado colocar aquella frase al frente es esto: de seguir este gobierno y quien lo encabeza con la misma idea equívoca y aceda de la economía y las causales del crecimiento, la recesión de hoy pronto será depresión económica. De ahí que recordar aquella frase y tenerla presente todos los días y a toda hora —frente a todo tema y problema—, es el imperativo número uno para quien hoy, como dije, privilegia y tiene como prioridad única todo lo relacionado con lo electoral.

¿Entenderá nuestro Presidente que confunde todo lo económico —al grado de afirmar que ya empezó la recuperación—, la importancia de enfrentar el grave problema que representa la recesión, la pérdida de millones de empleos —formales e informales— y la amenaza a la estabilidad política? ¿Entiende el peligro que representa que millones de mexicanos lleven cinco meses sin ingreso alguno?

Como ejemplo: un efecto negativo imposible de obviar se da en la educación. ¿Ignora el Presidente que la Secretaría de Educación Pública, debido a la incapacidad de quien, sin duda, tiene méritos para dirigir una fundación y endosarle al gobierno buena parte de los costos de sus proyectos emblemáticos, mas no para encabezar una secretaría de la complejidad de aquélla, ha hecho de un problema, un desastre?

Por todo eso y más, repito lo dicho: It´s the economy, stupid!!!

 

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