Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

25 Jun, 2019

¿Tanto así enfrentaríamos exitosamente?

Una de las fallas más evidentes del gobierno actual es la ausencia de lo que podríamos llamar jefe de Gabinete; si bien dicha figura no existe en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal (DOF, 29 de diciembre de 1976), cuya última reforma fue publicada este 14 de mayo, tampoco hay quien funja como tal, no obstante que esa figura —en la práctica— ha existido desde hace no pocos sexenios.

Sus funciones eran no tanto ordenarles esto o aquello a sus colegas de Gabinete, sino más bien transmitir alguna instrucción, la cual, debido al tema y lo sensible del mismo, no era conveniente que el mismo Presidente la diera.

Las más de las veces, ese funcionario —que fungía como jefe de Gabinete sin serlo— reconvenía —casi siempre en buenos términos— al funcionario que decía alguna tontería monumental.

Hoy, la falta de alguien así ha conducido, a querer y no, a que prácticamente los integrantes del Gabinete —un día sí y otro también— suelten de su ronco pecho un alud de tonterías, las cuales, en un gobierno de una calidad mediana, eso sería impensable.

Si alguien en el colmo de la ingenuidad, dada la costumbre de hace no pocos años, pensare que la secretaria de Gobernación podría fungir como jefa de Gabinete, se equivocaría de medio a medio.

Uno esperaría entonces, al no haber quien reconviniere o callare al inoportuno y/o imprudente, que fuere el mismo Presidente de la República el que jugare ese papel. Pero no, las razones son varias, pero la principal es que quien más tonterías expresa sin control alguno —de los más disímbolos temas relacionados o no con la gobernación— es aquél. Sí, es el que más conflictos genera con sus declaraciones, las cuales van de la burda y absurda mentira hasta la ofensa y burla despiadada en contra de sus adversarios o de los que así considera.

Una de estas declaraciones, que en otras condiciones habrían ameritado su cese fulminante, la dijo el actual subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera (no antepongo eso de doctor, por aquello de que en este gobierno se considera neoliberal poseer un grado académico de ese nivel; para la 4T basta con tener primaria terminada, pero eso sí, ser honrado. López dice honesto porque su dominio del español es muy deficiente).

A pregunta expresa, Herrera respondió, palabras más palabras menos: Podemos aguantar una caída del PIB de cinco puntos, y los ingresos del erario sólo caerían 1.0%.

Este año, lo más probable es que la economía crezca alrededor del 1.0%, y ya se dejan ver los problemas de las finanzas públicas por la falta de recursos. ¿Imagina usted la situación del erario, si aquélla decreciere cinco puntos del PIB?

¿Por qué declaró eso Herrera? ¿Lo hizo motu proprio, o le ordenaron hacerlo? De haber sido lo primero, ¿alguien lo reconvino, dada su conocida inclinación a la declaración imprudente? 

Ahora bien, ¿piensa usted que sería útil contar con alguien que fungiere como jefe de Gabinete?

Sin duda, dada la realidad de la verborrea incontenible de López —las más de las veces impensada e imprudente—, ¿cómo le diría aquél que lo mejor para la gobernación sería callar?

 

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