Los pros y contras del Tianguis de Acapulco en 2024

Un día después de que el huracán Otis golpeó a Acapulco, ya se analizaba la pertinencia o no de llevar a cabo el Tianguis Turístico en ese puerto; las mejores razones para hacerlo eran poner una fecha para la reapertura y que los asistentes a la feria le inyectaran recursos al destino.

Aunque es un arma de dos filos, pues el caos que se sigue percibiendo respecto al destino con fondos públicos que están, pero no están, políticos haciendo del problema su coto de caza y la inseguridad no conforman el mejor escenario para el Tianguis.

Obviamente, los dueños de las empresas turísticas no asistirán, pero, con sus contadas excepciones, no han estado allí desde hace años.

La mecánica de las ferias ha cambiado y ahora ya no hace falta que se reúnan los presidentes de las firmas para, como en el pasado, firmar acuerdos viéndose a la cara y bebiendo buenos vinos.

Los directores comerciales de las cadenas hoteleras, agencias de viajes por internet, touroperadoras y aerolíneas tienen todo el poder necesario cerrar grandes transacciones y ya no lo hacen en los Tianguis, sino que es su tarea de todos los días.

Acapulco no es un destino internacional, antes de Otis llegaban unos cuantos vuelos a la semana desde Estados Unidos y principalmente se convirtió en la playa de la Ciudad de México, a donde muchos capitalinos corrían a la primera provocación.

Precisamente los dueños de casas y condominios han quedado en una situación muy desafortunada, pues ni son el foco de la ayuda del gobierno federal que, supuestamente, está centrado en las colonias populares y en los hoteles, ni tienen ese sentido de urgencia por reponer sus activos.

Muchos de ellos lo harán, porque de otra manera los perderán, pero el Tianguis es un evento intrascendente para ellos.

Así es que con ese discurso de “vamos a ayudar a Acapulco” que, seguramente surgirá, también estará el morbo de los periodistas internacionales invitados por describir la realidad del destino y no es poco el riesgo de que encuentren ángulos negativos que compartir.

Más debido a la falta de una agencia especializada en el manejo de crisis, como tenía el Consejo de Promoción Turística, que ayude a generar contexto.

Para colmo, entonces habrá, como hay ahora, organizaciones políticas interesadas en mostrar el desastre que hay en Acapulco, como lo vimos el miércoles cuando la diputada morenista Selene Ávila hizo la actuación dramática de su vida porque no se creó el fondo de apoyo a Acapulco y luego el presidente López Obrador dijo que hay quienes pretenden valerse de la tragedia para robarse el dinero público.

Faltan cinco meses para el Tianguis y ojalá sea tiempo suficiente para que el destino retome su rumbo y no para que sea una vitrina de esa parte de “república bananera” que todavía tiene México.

DIVISADERO

IA. Aeroméxico, que dirige Andrés Conesa, está presumiendo por todo lo alto el uso de la inteligencia artificial para planear y responder al potencial impacto de los eventos meteorológicos extremos en las operaciones aéreas.

La tecnología fue implementada por Xatrix, una consultoría mexicana asociada con IBM, y parece que estará muy activa este invierno, ya que nada más de arranque en este noviembre ya hay innumerables retrasos por los bancos de niebla en la capital.