Cadena de inconsecuencias

Se ha generado un cierto debate por la oferta que lanzó la Secretaría de Hacienda para comprar bonos denominados Mexcat, que fueron emitidos para financiar la construcción del aeropuerto de Texcoco. Para que usted se mantenga dentro de los cánones del análisis superior es necesario que tenga claros algunos principios.

Como lo ha señalado el Padre del Análisis Superior, es dinero que paga el gobierno a tenedores internacionales de bonos que ya no están financiando nada. Dinero de los contribuyentes mexicanos que no produce un solo peso en beneficio del país. Además, está garantizado con el TUA del AICM, lo que ha generado graves problemas a la terminal de la Ciudad de México, puesto que no puede tener acceso a su principal fuente de ingresos. El gobierno le ha tenido que asignar 1,500 millones de pesos para su operación, los cuales no son suficientes para la modernización que requiere la terminal aérea que dirige Carlos Velázquez Tiscareño.

Así las cosas, es total y absolutamente razonable que el gobierno haya presentado a finales de la semana pasada una oferta para comprar lo más posible de los 4 mil 200 millones de dólares que aún quedan en el mercado. No olvide que al inicio de esta administración Arturo Herrera y Gabriel Yorio lograron recomprar 1,800 millones de dólares.

 Lo que ha estado mal desde el principio, fue la cancelación del NAIM. En su momento lo advirtieron, tanto Carlos Urzúa como Javier Jiménez Espriú y Alfonso Romo al Presidente; sin embargo, decidieron plegarse a las intenciones de su jefe que, según dijo, no pudo dormir cuando le hicieron ver que cancelar el NAIM era un error, pero que todavía así siguió adelante. Sin quedarnos en el impacto negativo a las finanzas públicas, es necesario destacar que la principal víctima es el AICM que, a pesar de los titánicos esfuerzos que realiza Velázquez Tiscareño y su equipo, requiere una reestructuración integral. Más aún ante lo muy pobres resultados que ha tenido el AIFA, dirigido por Isidoro Pastor.

Del resultado de la recompra de estos títulos depende en una buena medida que el TUA del AICM regrese a la terminal aérea y que se deje de tirar el dinero de los contribuyentes en pagar unos bonos que, como ha dicho en reiteradas ocasiones el PAS, sólo están financiando los bolsillos de los tenedores internacionales de estos papeles. Algún día en el futuro cercano y sin importar de qué partido sea el gobierno, se tendrán que dar muchísimas explicaciones en torno a la cadena de problemas que inició con la cancelación del NAIM.

En su momento se dijo, sin ninguna clase de prueba, que había una gran corrupción. En este punto sí existen elementos para determinar que se han dispendiado los recursos de todos los mexicanos.

• REMATE BÁRBARO

En enero de 2020, el gobierno lanzó un programa para regularizar vehículos ilegales, robados, reconstruidos, de desecho que hubieran sido producidos en Estados Unidos. El programa entró en operación en marzo y desde ese momento han regularizado a 1.87 millones de unidades.

Durante ese mismo lapso, se vendieron en el mercado nacional 1.98 millones de vehículos. Dicho de otra manera: los vehículos que pagan impuestos, contribuyen a crear empleos en México y que activan la economía han tenido que enfrentar una competencia desleal que equivale a 94% de la basura que ha entrado.

Los vehículos chocolate básicamente son autos de desperdicio en Estados Unidos, su legalización realmente no ayuda a nadie: crea la sensación de que algunos mexicanos pueden tener acceso a vehículos sin pagar impuestos ni cumplir con mínimas condiciones ambientales, puesto que hasta el convertidor catalítico les quitan. Lo peor. La AMDA, que tiene como presidente ejecutivo a Guillermo Rosales, esperaba que este programa terminará con el año; sin embargo, la perdieron el viernes cuando la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, anunció que a partir del primero de diciembre también podrán importarse por esta vía vehículos producidos en Asia o Europa.

• REMATE VENEZOLANO

Uno debe sentirse muy preocupado por el crecimiento futuro del país cuando se escucha a voces como la de Abelina López justificar la rapiña en Acapulco que causó, entre otras cosas, que la recuperación del puerto que gobierna sea más difícil en áreas como la banca y el comercio, o al gobernador de Baja California Sur, Víctor Castro, insultar a la iniciativa privada en medio de una discusión con el empresario Eduardo Sánchez Navarro. Si la iniciativa privada no entiende que no están para aplaudirle al gobierno, sino para generar mejores condiciones de vida para la población por la vía de generar fuentes de trabajo, muy pronto será el crujir de dientes.