De sueños y realidades

Rocío Nahle, que aspira a gobernar Veracruz por parte de Morena, afirmó en X: “hay quienes sí sabemos construir dando resultados, mientras que Xóchitl Gálvez imagina inaugurar bardas vendiendo gelatinas” y después hace una acusación sin ningún fundamento.

Hay muchas cosas muy malas en este mensaje: la refinería de Dos Bocas sólo refina combustibles en la imaginación de quien la inauguró en varias ocasiones. Más allá, no es una muestra de eficiencia decir que algo se hizo cuando prometió no sólo el tiempo de construcción, sino un costo de 9 mil millones de dólares, y cuando ella dejó la Secretaría de Energía el costo ya superaba los 18 mil mdd.

A instancias de la entonces secretaria de Energía se convocó a constructores internacionales sobre los que mucho se presumió su capacidad, los que declinaron no hacer la refinería porque no se podía cumplir con el plazo ni con el precio. El tiempo les dio la razón. Gálvez no tuvo absolutamente ninguna injerencia en la construcción del también equivocado proyecto del gobierno de Felipe Calderón de construir una refinería en Hidalgo y que fue cancelado por la administración de Enrique Peña Nieto; sin embargo, Nahle sí fue parte fundamental de Dos Bocas.

Sobre el clasismo de decir “imagina bardas vendiendo gelatinas” ni siquiera vale la pena pronunciarse. Sí recordar que Nahle imaginó que los miembros de la OPEP le aplaudieron luego de que durante un día bloqueó un acuerdo que implicaba menos del 1% de la capacidad de producción de esta organización.

Sin embargo, hay otro fenómeno. Los miembros de la AMIB, presidida por Álvaro García Pimentel, están exultantes sobre las posibilidades que plantea la Ley Yorio para el mercado de valores y no cesan de apuntar que el impulsor de este ordenamiento hizo un gran trabajo en escuchar a todas las partes y trabajar con los legisladores.

Es especialmente relevante cómo se trabajaron estas leyes por parte del subsecretario de Hacienda y su equipo, puesto que supieron encontrar el modo más eficiente de lograr un objetivo fundamental.

Esto es muy notable cuando se hacen símiles, como podría ser la intención del gobierno de crear líneas de trenes de uso público. Aquí el gobierno ha tratado de imponer una visión sobre este medio de transporte a empresas extranjeras y nacionales, al grado de que hoy está anunciada la publicación de un decreto para obligarlos a usar estas vías.

Se puede entender con una visión política la animadversión que se le tiene a Grupo México, encabezado por Germán Larrea; sin embargo, resulta extraño que ésta se extienda a CPKC, la empresa más importante de América en transportación férrea.

Ellos publicaron un comunicado en el que dicen que no les daña la intención del gobierno de también usar las líneas de ferrocarril para servicios de pasajeros; sin embargo, piden que se dé una negociación para encontrar la mejor manera de hacerlo. Como se sabe, el gobierno ya dijo que si las empresas privadas no quieren, pues entonces será el gobierno el que lo haga a través de una empresa estatal operada por el Ejército.

El PAS pregunta: ¿quiénes sabrán más sobre la viabilidad de operar trenes de pasajeros: los que lo hacen con éxito por todo el mundo o quienes desde una oficina tienen la idea?

Quizá tuvo razón en parafrasear la minuta de la decisión de política monetaria y a lo que señaló la propia gobernadora en entrevistas como la que tuvo con el Padre del Análisis Superior; sin embargo, deja un mal sabor de boca el protagonismo de Heath, quien parecería que extraña su carrera en medios de comunicación.