Programas sociales del gobierno federal no llegan a los más pobres

CIUDAD DE MÉXICO.- Los recursos de los programas prioritarios de la actual administración federal, si bien están enfocados hacia territorios y grupos poblacionales marginados, no necesariamente llegan a los más pobres del país, además de que los beneficiarios enfrentan problemas de acceso por la falta de bancarización en algunos territorios.

Así lo concluyó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en su Evaluación de Diseño con Trabajo de Campo 2019-2020 a 17 programas prioritarios de desarrollo social, la cual determinó que los programas no necesariamente usan los indicadores de pobreza que produce el organismo.

La priorización de la asignación de beneficiarios podría afinarse a partir de utilizar el indicador de pobreza como criterio de elegibilidad para así no sólo llegar a los territorios más necesitados, sino a las personas que los habitan y que presentan mayores carencias”, afirmó en videoconferencia José Nabor Cruz, secretario ejecutivo del Coneval.

Comentó que el indicador de pobreza se encuentra más actualizado que el de marginación, pues el primero se renueva cada dos años y su último valor es de 2018, en tanto que el último dato de marginación es de 2010.

Además, agregó que tal como se dijo en el informe sobre el covid-19, los programas actuales, sin bien son un apoyo para las familias de menores ingresos, “no necesariamente cumplen, a plenitud, en el ejercicio de los derechos sociales de la población”.

Explicó también que un segundo problema para la entrega de apoyos monetarios directos, un nuevo paradigma de los programas, es la baja penetración bancaria, en especial en zonas rurales, ya que “los beneficiarios muchas veces deben trasladarse a donde hay cajeros, que no son sus comunidades”.

Por esta razón, manifestó que se deben realizar acciones para aumentar la penetración bancaria, tanto por Bansefi, Telecomm y el Banco del Bienestar desde el sector público, y también por parte de la banca privada.

Se deben también mejorar las capacidades y el conocimiento que tienen los beneficiarios sobre los instrumentos bancarios, y resolver temas de seguridad en la entrega de éstos”, añadió Nabor Cruz.

LOCALIZACIÓN DE BENEFICIARIOS

Un tercer problema general que encontró el Coneval en la operación de los programas en el primer año de gobierno fue la utilización del Censo del Bienestar, que “no es evaluable porque el gobierno no ha entregado información sobre la misma”, según palabras de John Scott, investigador académico del organismo.

Sobre el tema, Nabor Cruz dijo que varios programas, si bien usaron el Censo del Bienestar para identificar a la población beneficiaria en un inicio, “posteriormente cada uno tuvo que realizar ajustes a los datos proporcionados para lograr tener bases de datos que les permitieran contar con información precisa para la selección de sus beneficiarios o para iniciar los procesos de validación”.

Dijo que los programas que utilizaron padrones de programas previos, adicionales al Censo del Bienestar, “pudieron otorgar apoyos en los primeros meses de operación y con menos complicaciones en la identificación de beneficiarios”.

Finalmente, un cuarto reto que encontró el Coneval en los programas prioritarios fue que todos están a cargo de la Coordinación General de Programas para el Desarrollo, que, si bien resulta en una innovación, tiene el problema de que es una instancia ajena a la operación de los propios programas.

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