José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

12 Abr, 2019

Espada de Damocles por la frontera

Nunca pareció tan realista la metáfora de la espada de Damocles que pende sobre nuestras cabezas de un solo pelo de crin de caballo, como en los últimos días en los que el orate de la Casa Blanca amenaza a México con el cierre de la frontera un día, sólo para cambiar el amago por otros igual de ominosos al siguiente.

Trump planea sustentar su campaña de reelección en un furibundo rechazo a la inmigración, sobre todo de razas que le disgustan y México será la víctima de su demagogia nativista, forzándolo a cumplir sus caprichos de parar en seco los flujos de migrantes y el tráfico de drogas a su país.

Clara muestra que planea endurecer su ya agresiva actitud, fue la matachina de la semana pasada en la que cesó fulminantemente a numerosos funcionarios clave en el departamento de Seguridad Doméstica, empezando por la secretaria Nielsen, por ser una caterva de blandengues.

Estos funcionarios, muchos de ellos con buena fama y décadas de experiencia y honores, fueron los responsables del procesamiento y separación de familias de refugiados en la frontera, de encerrar en jaulas a mujeres y niños, y de rociar gases lacrimógenos del lado mexicano de la línea fronteriza, a pesar de lo cual a Donald Trump le pareció que eran unos pusilánimes.

¿Quienes se harán cargo de las políticas que para el candidato-presidente son las más importantes para su reelección?

Por lo pronto, se queda como encargado del despacho en Seguridad Doméstica, quien fungía como comisionado para Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), pero no está claro si está dispuesto a romper la ley, razón por la cual sus colegas fueron defenestrados.

Lo realmente preocupante es que quien se convierte en los hechos en “el zar” para temas migratorios y fronterizos es Stephen Miller, un peligroso fanático de 33 años de edad que no sólo cumple todos los caprichos de su jefe, de quien es “asesor especial” en La Casa Blanca, sino que lo “cultiva” diciéndole que sus ocurrencias y peores impulsos son infalibles y deben ser acatados.

Resulta inconcebible que un descendiente de judíos de Bielorrusia, que llegaron con una mano adelante y otra atrás a Ellis

Island, la puerta de entrada generosa que Estados Unidos ofreció a los refugiados europeos de principios del siglo XX, se haya transformado en el monstruo fascista perseguidor de gente como sus ancestros.

¿Y el gobierno de México cómo reacciona ante esta renovada y feroz embestida? Su líder lo dejó claro cuando consultó en Veracruz a su think tank, el “pueblo sabio” y le preguntó si debía llevar buenas relaciones con Donald

Trump, con la predecible respuesta aquiescente de sus devotos.

Es decir, el gobierno se pone de tapete para intentar cumplir los caprichos del orate, pero dado su nivel de incompetencia fracasa en parar a los migrantes del sur y en impedir que lleguen las drogas a la frontera, pues no hay con quién hacerlo ni plan alguno.

¡La espada de Damocles trumpiana pende de un solo pelo, que esperemos sea de vigorosa crin de caballo como en la leyenda, y no de su ridículo tocado!

 

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