Opinión del experto

Opinión del experto

Opinión del experto

31 Oct, 2020

Día de Muertos

Martín Rodríguez Sánchez
Facebook.com/MartinRSmx Twitter.com/MartinRSmx

 

En víspera de la celebración que en Estados Unidos se conoce como Halloween, y que en México celebramos como el Día de Muertos, encontramos, en nuestro entorno político y económico nacional, verdaderos capítulos dignos de una sofisticada historia sobrenatural, los cuales han sembrado miedo no sólo entre empresarios, académicos y políticos, sino también entre la sociedad en general.

Como sabemos, nuestra principal fuente de miedo yace en la prolongada pandemia que asola a la salud pública y la estabilidad de los mercados internacionales, la cual ya se ha cobrado poco más de un millón de vidas alrededor del mundo y ha ocasionado una crisis financiera que dejará secuelas al menos durante los próximos dos años.

En México, la situación no dista de la que se replica en otras latitudes. El colorido del papel picado, el olor a cempasúchil, la luminosidad de las veladoras y el pan de muerto, han quedado opacados por cubrebocas, pruebas rápidas, controles de sanitización y sana distancia.

El folclor que envuelve al Día de Muertos, fecha en la que las creencias populares dictan el regreso de nuestros seres queridos para confluir entre nosotros, no es más que la sombra de los espíritus que rondan nuestra realidad: crisis, desaceleración, pobreza, decrecimiento e incluso polarización.

Para el empresariado se suman también los temas que hemos observado como parte de esta caravana fúnebre iniciada por el covid-19: muchos de nuestros negocios ahora forman parte del obituario y los que hemos tenido suerte, nos mantenemos con la disyuntiva de sacar a flote a nuestras organizaciones y,  por ende, a los cientos de familias que dependen de nuestros colaboradores.

A todo esto hay que agregar tres temas que monopolizan la agenda nacional y global: 1) La elección presidencial en EU, con fecha de caducidad para el próximo 3 de noviembre, 2) La ruptura entre la Alianza Federalista y el gobierno federal, y 3) Las discrepancias al quebranto del T-MEC en materia energética, todo ello envuelto en el halo que ronda a una segunda ola de contagios por covid-19.

Como organismo comprometido con los empresarios, en el Coine hemos mantenido una imagen de respeto hacia las decisiones y estrategias que se dictan desde Palacio Nacional. Velamos por los intereses de nuestra red de asociados, clientes y proveedores para asegurar su permanencia y participación en las cadenas de valor, pero siempre a través de acciones que sumen a una visión integral gubernamental.

Nos encontramos en tiempos en los que un error o una mala decisión pueden representar —metafóricamente— un boleto hacia el camposanto. Por ello, adquiere mayor importancia lo que sucederá en las altas esferas políticas de nuestro vecino del norte, en las que, dependiendo de quién llegue a la Casa Blanca, se definirá la ruta que tomen las relaciones diplomáticas para los siguientes años entre México y EU, donde están de por medio las políticas migratorias, controversias en materia energética e incluso el flujo de inversiones.

En lo referente al escenario nacional, como siempre lo ha hecho el Coine, abogamos por consensos, unidad y suma de esfuerzos. El Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 no puede ser objeto de ruptura, sobre todo en un momento crucial para la economía y la salud nacional, donde debe despegar la tan anhelada recuperación de nuestras empresas y comercios.

Y ya que el covid-19 nos ha imposibilitado para estar cerca de nuestros ancestros, familiares y amigos, como tradicionalmente se hace en el Día de Muertos, ocupemos estos espacios de ausencia y confinamiento para dos cosas: mitigar la ola de contagios y llevar a cabo un razonamiento de cómo podemos cada uno, desde nuestras áreas de experiencia, coadyuvar a nuestro país.

 

facebook.com/COINELat

twitter.com/COINE_Lat

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube