Responder, recuperar, resurgir

Por Martín Rodríguez Sánchez*

La metodología de la triple erre es un esquema del Consejo Internacional de Empresarios (Coine) que brinda una base para la reinvención de los modelos de negocio empresariales, la cual, además, constituye el punto de inflexión para el fortalecimiento de las cadenas de valor y el siguiente paso en el proceso de catarsis empresarial.

Este trabajo fue diseñado durante el paralelismo de dos eventos que envuelven el contexto económico y social del país: la contingencia derivada del covid-19 y la entrada en vigor del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).

En un contexto práctico, el Coine busca estructurar escenarios para los siguientes seis meses, marcando el rumbo de muchos sectores y de los grados de integración previstos hacia el futuro. Entendamos que, más allá de emplear la creatividad para innovar con las oportunidades que se nos presentan, resulta imperativo detectar los eslabones más vulnerables en las cadenas de valor.

Para esto, hace algunos días organizamos, junto con la UC&CS Global, un curso en línea titulado Compliance de Estrategia de Negocios, durante el cual establecimos una serie de factores a considerar por las empresas. Coincidimos, además, en que muchos de los sucesos recientes fueron sorpresivos, de tal manera que no se contaba con planes de contingencia para accionar.

Para los empresarios, emprendedores e incluso inversionistas que les interese conocer más a detalle dicho curso, pueden encontrar el video completo en la página www.coine.lat y en el Facebook del Coine. En esencia, formulamos un camino para aquellos empresarios que han visionado la necesidad de ayuda para reinventar su core business.

Al día de hoy debemos tener muy claro que todo el entorno y las dinámicas que conocíamos cambiaron. Las empresas que deseen mantenerse activas necesitan alternativas y, ¿cuáles son estas? ¡Reconvertir temporalmente las líneas de negocio, de tal forma que participen directa e indirectamente en las cadenas productivas de valor de los sectores considerados como “esenciales”, los cuales, en los próximos meses, serán los que den estabilidad al ciclo económico.

Por lo anterior, el Coine se encuentra trabajando estos procesos con clientes y proveedores de diferentes sectores, los cuales incluyen cadenas de restaurantes, gimnasios, spas, distribuidores de suplementos alimenticios, dueños de agencias de automóviles, entre otros, a los cuales se les asesora en todo momento y de acuerdo con los elementos que van influyendo con la reestructuración de su core business.

Asimismo, el T-MEC juega un papel fundamental para el repunte de la economía, pues otorga garantías en las nuevas medidas establecidas, las cuales van desde factores laborales, hasta disposiciones que incentivan las inversiones. Estas últimas fungirán como detonantes de los flujos de capital a diferentes niveles para permitir una “distribución de riqueza democrática”, lo que significa que los recursos lleguen hasta la población a través del empleo y, por ende, permitan la capitalización para acceder a productos y servicios.

Además, a todo esto hay que sumar el tema fiscal, tan esencial para esta etapa que vivimos los empresarios, pero que por tabúes o miedos se ha desestimado y que, incluso previo a la contingencia, mereció el mote de “terrorismo fiscal”. Es cierto que los incentivos fiscales que muchos esperaban no llegaron, pero tampoco sucedió en EU, donde la solución fue la inyección de grandes flujos de capital y rescates financieros.

Por ello, es nuestra responsabilidad que como empresarios nos extendamos la mano, para que juntos salgamos adelante con metodologías, esquemas y modelos que nos reinventen y nos permitan mantener fuertes los eslabones de las cadenas de valor. Es tiempo de responder dónde estamos y hacia dónde queremos ir, recuperar el control y la capacidad de nuestros negocios, así como resurgir en una gran unidad dispuesta a crecer y prosperar.

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