4 años de America First

America First fue la doctrina que definió Trump en su primer discurso como presidente en las escalinatas del Capitolio el 20 de enero de 2017. Hace cuatro años, nadie hubiera anticipado que la doctrina America First sería profética del lugar que ocuparía Estados Unidos en fallecimientos derivados de la peor pandemia de los últimos 100 años.

A pesar de que la Unión Americana cuenta con uno de los mejores sistemas de detección y manejo de enfermedades infecciosas, el liderazgo tóxico de Trump ha logrado que el país acumule 400 mil fallecidos oficiales. Gracias a Fear, el libro del gran periodista Bob Woodward, sabemos que desde el principio de la pandemia le advirtieron a Trump que sería la peor crisis de su gobierno y que mientras públicamente decía que el covid-19 pasaría pronto, a Woodward le dijo en entrevista que causaría muchas muertes y que no lo mencionaba para no causar pánico.

Más allá de ese manejo maquiavélico, que fue común en los liderazgos políticos de todo el mundo, donde Trump se distinguió fue en su resistencia a utilizar cubrebocas, en sus ocurrencias erráticas y confusas, como decir con ligereza que se podría ingerir desinfectante como tratamiento, en su abandono de los gobiernos estatales y sus ataques a los gobernadores de oposición que realizaron confinamientos. Trump desacreditó a sus propios técnicos, como en el caso de Anthony Fauci; ejerció mucha presión política sobre órganos técnicos, como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

El mal manejo de la pandemia de Trump exacerbó el impacto en el bienestar económico, como lo han demostrado distintos estudios que establecen una correlación entre la caída del Producto Interno Bruto y el número de casos de covid-19.

En medio de la peor crisis económica y de salud, Trump atizó el fuego de las tensiones raciales luego del asesinato contra George Floyd, como consecuencia de la brutalidad policiaca y, por si eso no hubiera empañado los pocos logros que tuvo su gobierno, acabó de destruir su presidencia al alimentar con mentiras a sus fanáticos para que invadieran el Capitolio, con el objetivo de interrumpir el proceso democrático.

Trump deja un país profundamente polarizado y al borde de una guerra civil, con una recesión enorme y una recuperación anímica, como lo indica el aumento de las solicitudes de seguro de desempleo de las últimas semanas.

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MÉXICO Y AMERICA FIRST

El 20 de enero de 2016, el dólar interbancario se cotizaba en 21.60, en los dos meses anteriores, el pesó había sufrido un descalabro de 17% ante el sorpresivo triunfo de Donald Trump, que en su campaña había despotricado contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El TLCAN se comenzó a negociar en mayo de aquel año y, aunque formalmente se firmó el último día de Enrique Peña Nieto como presidente, el 30 de noviembre de 2018 se volvió a negociar para lograr su ratificación en diciembre de 2019. En el inter, Trump rompió un paradigma y amenazó a México con aranceles progresivos de no frenar las caravanas de migrantes centroamericanos. Ante el amago, sin muchas opciones, Andrés Manuel López Obrador convirtió a 27 mil efectivos de la Guardia Nacional en el muro de Trump, pero a partir de entonces ambos mandatarios desarrollaron una inusual afinidad, cuyo clímax se alcanzó con la visita del Presidente de México a la Casa Blanca.

Con Joe Biden la relación México-Estados Unidos será más complicada para el Presidente de México, que será de los pocos líderes en extrañar al político de America First.