Distender la energía en el T-MEC

La próxima semana, el secretario de Estado de la Unión Americana, Antony Blinken, visitará Monterrey en compañía de la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, y Jayme White, número dos de la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), los tres funcionarios vienen para participar en el Diálogo Económico de Alto Nivel. De parte de México participan el canciller Marcelo Ebrard, la secretaría de Economía, Tatiana Clouthier, y el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, aunque podría ser el subsecretario Gabriel Yorio. Entre los temas que se van a tratar se encuentran la cooperación y oportunidades en materia de microprocesadores, de vehículos eléctricos y en facilitación logística de comercio. Lo interesante y valioso de la reunión es que los dos países acordaron dejar a un lado el tema de las consultas en materia energética en el contexto del Tratado México-Estados Unidos y Canadá, lo cual permitirá quitar la presión que se generó a finales de julio, cuando el USTR anunció la solicitud de consultas. 

LA MOLESTIA 

La forma y el contenido de la solicitud del USTR generó molestia en el gobierno mexicano y en ese contexto fue que el presidente López Obrador anunció que daría un mensaje el 16 de septiembre, del que se llegó a especular que podría venir una postura ríspida, lo cual se ha ido desdibujando por completo una vez que el presidente Biden dio una señal política al responder en buenos términos a la carta del Presidente mexicano. Un factor adicional que ha desinflamado el proceso es que disminuyó la presión electoral en EU luego de que el presidente Biden se anotó un triunfo con la aprobación de su plan contra la inflación, que es la reedición de su plan Build Back Better. 

LA INSEGURIDAD 

 En cuanto al tema de seguridad, también habrá una reunión de alto nivel para tratar ese asunto y, con ello, también se logra que el Diálogo Económico de Alto Nivel sea el espacio para definir una visión más estratégica para toda la región de Norteamérica, en donde México juega un papel clave. No obstante, la inseguridad es un tema que es una fuente de fragilidad para México y en ello no se ve una estrategia de parte del país. 

NUEVO ORDEN MUNDIAL 

 El nuevo orden mundial que se ha comenzado a definir con mayor claridad en esta década es de una dinámica bipolar con China, por un lado, y con Estados Unidos, por el otro. 

 Los casi dos años del gobierno de Biden dejaron en claro que la rivalidad amistosa entre los dos países quedó muy atrás. Actualmente ambas potencias calibran entre la velocidad de reconfigurar sus cadenas de suministro y redefinir su dependencia y exposición del uno al otro sin causar un frenón económico sustantivo. En ese contexto, Xi Jinping está decidido a limitar la exposición de sus empresas tecnológicas a las regulaciones del mercado estadunidense y, para ello, primero limitó el poder de los grandes magnates tecnológicos, un buen ejemplo de ello es el caso de Jack Ma, al que desaparecieron un tiempo y le frenaron la oferta pública inicial que haría con Ant Financial. En cuanto a Estados Unidos, la opción deben ser los incentivos económicos y el tiempo para que los negocios se adapten a la nueva realidad geopolítica y, para ello, requerirán contar con una industria 4.0 competitiva, en donde México aporta una estructura de costos mucho más ligera, que ya cuenta con sofisticación y talento en la manufactura, capacidades logísticas desarrolladas y un potencial para acompañar la transición energética alejándose de los combustibles fósiles mediante un cambio profundo de la matriz energética, lo que incluye la electrificación automotriz. En materia de microprocesadores, el reto para Estados Unidos es mucho más complejo debido a que tardará, al menos, un lustro en sustituir el papel central que hoy ocupa Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, dado que, además de desarrollar plantas muy sofisticadas, se requiere un ecosistema de expertise de ingenieros, lo que implica una gran oportunidad para los jóvenes mexicanos. Lo cierto es que el Diálogo Económico de Alto Nivel distiende el ambiente y da espacio para resolver el tema energético sin tener que llegar a un panel de controversias.