El supuesto problema de las remesas

¿Hasta cuándo vamos a pretender que las remesas en efectivo son un gran problema? Una y otra vez se ha repetido que el problema afecta a menos del uno por ciento de los envíos que hacen los mexicanos que viven en el extranjero. Sin embargo, contra el dato, los legisladores que impulsan la propuesta responden que ellos son originarios de estados con alta migración, pero no aportan ni una sola cifra para sostener su argumento. Con deferencia, el banco central, líderes de la banca comercial e incluso funcionarios federales han dicho que se debe atender la problemática, aunque para la mayoría es obvio que el espíritu de la reforma es el de un traje a la medida, no el de una preocupación social. Si la idea es atender problemas imaginarios, entonces se podría plantear que las más de mil sucursales que seguramente va a tener el Banco del Bienestar el próximo año sirvan para comprar los dólares en cuestión y, dado que los legisladores evaluaron que es fácil generar mecanismos para identificar que dichas divisas no provengan de actividades ilícitas, será sencillo para la directora de la institución encontrar un corresponsal cambiario.

En el diálogo que sostuvo Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México, les dijo a los diputados de la Comisión de Hacienda que, de enero a septiembre, las instituciones financieras captaron cuatro mil 731 millones de dólares, de los cuales el 82 por ciento fue repatriado a Estados Unidos sin mayor problema, mientras que se vendieron en México 15.7 por ciento y quedaron pendientes 102 millones de dólares.

APLAUSO PARA HACIENDA

La reforma del Banco de México no parece ser uno de los grandes proyectos del Presidente, a diferencia de otras reformas, como la de subcontratación, pensiones o Infonavit. La legislación para que el banco central estuviese obligado a comprar los dólares en efectivo prácticamente no se asomó en las conferencias matutinas, aunque es obvio que el senador Monreal tenía la anuencia del Presidente para impulsarla y por ello no era sencillo para el secretario de Hacienda hacer un posicionamiento público y categórico. El secretario Arturo Herrera, tiene pocas cartas y por ello puedo entender la tardanza en el posicionamiento público, pero ya empezaba a inquietar su ausencia en la discusión. Un aspecto destacable al pronunciarse es que fue enfático e incluso crítico en sus tuits cuando afirmó: “claramente no se analizaron las muy importantes implicaciones para el sistema financiero mexicano”. Y luego desarmó el supuesto motor de la reforma al escribir: “Un dato para la discusión: alrededor del 99.3 por ciento de todas las remesas pasan ya por el sistema bancario; esta es la ruta que debemos seguir operando para que sigan llegando de manera rápida, segura y con bajos costos”. El secretario jugó su carta hasta el final, pero con éxito. Ciertamente, la partida todavía no acaba y el riesgo de un desconocimiento de la postura en la conferencia mañanera no se disipa.

MÁS PRESIÓN

Aunque el gobernador del Banco de México ya había advertido que recibió señales de preocupación de Estados Unidos, es de esperar que en las próximas semanas se intensifique la presión externa y se hagan aún más manifiestas las inquietudes del banco de la Reserva Federal y del Tesoro, bajo el liderazgo de Janet Yellen, a quien no le será ajena la difícil posición en la que quedaría el banco central del principal socio comercial de su país.

 LO QUE VIENE

El aplazamiento de la reforma al banco central da un respiro al sistema financiero, pero el peligro no se ha disipado del todo, por lo menos dejemos de pretender que los dólares en efectivo son un problema urgente y significativo para los migrantes dado que afecta únicamente al 0.7 por ciento de las remesas.