Lento aprendizaje en el liderazgo de Banxico

El Banco de México es uno de los activos más importantes que tiene nuestro país y se encuentra atravesando uno de sus momentos estelares y definitorios en el contexto de un proceso inflacionario global que no se había observado en los últimos 40 años. Ante esta coyuntura, estamos obser­vando tensión entre los liderazgos políticos y las bancas centrales, ello se expresa en dinámicas burdas como la de Turquía, o sorprendentes como la de Liz Truss y el Banco de Inglaterra, o en forma de déjà vú, como la del Banco Central Europeo. En el caso de México es claro que el presidente López Obrador tiene una comprensión limi­tada del papel de la política monetaria y por ello recurre constantemente a su metáfora del carro que se calienta, como la inflación, y como los técnicos ortodoxos optan por apagar el vehículo para que se enfríe, con la consecuencia de que el vehículo se enfría, pero no avanza. La última vez que el Presidente utilizó la metáfora fue el jueves por la mañana, una horas antes de que el Banco de México anunciara la decisión de política monetaria en la que pre­visiblemente aumentó la tasa de referencia en 75 puntos base y la llevó a 9.25 por ciento.

Hay que reconocer que, en general, el Presidente ha te­nido respeto a la autonomía del Banco de México, salvo el exabrupto de dar a conocer la decisión de política mo­netaria antes que el propio instituto central, seguramente luego de que el secretario de Hacienda le explicó lo grave del episodio López Obrador ofreció disculpas de manera enfática. A diferencia de sus ataques incesantes en contra de entes autónomos como IFT, Cofece y un largo etcétera, con el Banco de México no ha entorpecido los nombra­mientos a la Junta de Gobierno y los ha hecho con perfiles solventes, como el de Jonathan Heath, Gerardo Esquivel, Galia Borja y el intempestivo de Victoria Rodríguez Ceja. El nombramiento de la gobernadora del Banco de México fue intempestivo y sorpresivo, incluso para ella, y dada la complejidad del instituto no es menor el reto que enfrenta en un órgano que si bien es colegiado tiene un sinfín de aristas, incluso como regulador.

Una de la curvas de aprendizaje más duras en su recorrido es la de comunicar con soltura, si bien el principal meca­nismo para anclar la inflación es que la decisión de la tasa de referencia sea consistente, las señales que da quien ocupa el liderazgo en la gubernatura son fundamenta­les y deben estar afincadas en un conocimiento profundo que refleje las tesis de la Junta de Gobierno. A lo mejor antes, en tiempos de Guillermo Ortiz y Alan Greenspan, se podía comunicar poco y crípticamente, en momentos de crisis no, en la crisis de la hipotecas subprime Carstens era una maestro de las metáforas y Bernanke incluso lle­vó al programa 60 minutos a su pueblo natal. Alejandro Díaz de León tenía capacidad para transmitir con claridad situaciones complejas, así como navegar la complejidad política sin caer en provocaciones y demostró iniciati­va para pensar fuera de la caja al inicio de la pandemia. Victoria Rodríguez Ceja no da señales de recorrer la curva de aprendizaje. El viernes entrevisté al economista Marco Oviedo y él destacó los ajustes pronunciados en los pronósticos de la inflación subyacente de Banxico lo que refleja que necesitan ajustar sus modelos, recordó en la entrevista que no han nombrado a un economista en jefe. Tiene justo un año que se retiró Daniel Chiquiar de esa posición por motivos de salud y no se ven ni siquiera señales del proceso para sustituirlo, si ya comenzó, no se ha comunicado, aunque es una decisión colectiva e institucional no se ve el sentido de urgencia, no lo men­ciona Rodríguez Ceja. Codi sigue sin arrancar del todo y la gobernadora tampoco lo menciona ni impulsa, ani­versario del museo y ni una palabra o discurso. Vienen momentos de mayor tensión en la política monetaria y no debe paralizarse como en Acapulco, es momento de dejar atrás el síndrome del impostor o se intensificarán los retos. Aunque la Junta de Gobierno arropa y abona cuando se posicionan Jonathan Heath, Gerardo Esquivel, Irene Espinosa o Galia Borja es indispensable que la goberna­dora ocupe el espacio de liderazgo que le corresponde.