La montaña rusa

Laura Hernández, una emprendedora mexicana en el ramo de la tecnología en Silicon Valley, había logrado un crecimiento estable de su startup de software antes de la pandemia. Con financiamiento basado en inversiones de riesgo, su empresa se destacaba por su innovación en soluciones digitales en la nube. Sin embargo, el impacto del covid-19 en 2020 fue un duro golpe.

La empresa de Laura, con un equipo de 30 personas, tuvo que reestructurar sus operaciones y adaptarse rápidamente al teletrabajo. La crisis sanitaria trajo consigo una demanda fluctuante y un mercado incierto. Al igual que muchas pymes, enfrentó la posibilidad de hacer recortes significativos.

Sin embargo, la adaptabilidad de su equipo y un giro oportuno hacia soluciones de teletrabajo y educación en línea permitieron que su negocio no sólo sobreviviera, sino que también creciera. Con el auge del trabajo remoto, su software se convirtió en una herramienta esencial para muchas empresas. Además, los créditos blandos del gobierno de Estados Unidos le permitieron continuar con su nómina, sin necesidad de despedir a sus colaboradores.

Sin embargo, este éxito no está exento de desafíos. La misma flexibilidad que permitió a empresas como la de Laura prosperar durante la pandemia, ahora enfrenta la incertidumbre de un mercado volátil. El estímulo gubernamental y las tasas de interés bajas que una vez impulsaron la economía están dando paso a una nueva realidad. Ahora las empresas enfrentan la incertidumbre de los costos de insumos, altos costos de financiamiento y hasta la incertidumbre de si vendrá o no una recesión.

La inflación en Estados Unidos alcanzó en 2022 niveles no vistos desde hace décadas. El incremento en los precios de los insumos y la presión sobre las cadenas de suministro aumentaron los costos operativos de muchas pymes como la de Laura. En 2022, la inflación escaló a un 8.5%, impactando tanto a consumidores como a empresas. Para este año se estima que la inflación alcanzó un 3.24% a octubre de 2023, en gran medida por las alzas de las tasas de interés de la Reserva Federal.

El Federal Reserve, en un intento por controlar esta escalada de precios, inició también una escalada de tasas que ahora generan la duda de cuándo se detendrá la economía de Estados Unidos. La tasa de referencia, que se había mantenido baja para estimular la economía, subió a niveles no antes vistos en 30 años, incrementando los costos de financiamiento para las empresas. Esto, sumado a la acumulación de inventario y una demanda variable, plantea un panorama incierto para las pymes.

Para Laura y otros empresarios, esto significa tomar decisiones difíciles. Aunque su empresa logró navegar con éxito la tormenta inicial de la pandemia, ahora se enfrenta a la posibilidad de reducir su fuerza laboral y ajustar sus estrategias de negocio.

La sombra de una posible recesión se cierne sobre el horizonte. Las pymes, que son el motor de la economía y una fuente vital de empleo, enfrentan un futuro lleno de incertidumbres. En este nuevo escenario, la capacidad de adaptación y la agilidad serán cruciales para sobrevivir y prosperar.

La gran pregunta es si en el 2024, año electoral en México y en Estados Unidos, esa sombra de la recesión se hará realidad en ambos países.

De ello dependerá en dónde aterriza la montaña rusa de incertidumbre y volatilidad para nuestras economías.