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En un instante dejas de estar en Santa Fe. Tus oídos son recibidos por las notas de “Bonjour Monsieur” de Julie B. Bonnie, mientras tus ojos contemplan la tradicional decoración francesa de la Belle Époque en Au Pied de Cochon.
El restaurante, cuya famosa pata de cerdo le da nombre, llegó a México el 22 de junio del 2000, tomando como hogar la zona hotelera de Polanco. Y en mayo pasado inauguró su segunda sede en el distrito financiero de Santa Fe, al poniente de la capital mexicana.
Así, suman tres locales en el mundo: dos en nuestro país y el original, ubicado en el histórico barrio parisino de Les Halles, a unos metros del Musée du Louvre. Fundado en 1946, el restaurante ha establecido la tradición de abrir las 24 horas, los 365 días del año, la cual también ha llegado a nuestro país; por lo que la operación no es fácil.
El restaurante más joven, ubicado en Santa Fe, se enfrenta a grandes retos debido a su ubicación, pues la poca actividad turística de la zona. Pero, al mismo tiempo, ahí radica su fortaleza; en los negocios.
Es por eso que durante septiembre se realizaron los “martes de networking”, en el que abogados fueron invitados a crear relaciones con otros colegas y se les ofreció barra libre por una hora. Además, el lugar ofrece numerosas ventajas a quienes busquen de un ambiente tranquilo y privado para realizar comidas o reuniones de negocio.
Alrededor del área de comedor, el restaurante cuenta con pequeñas salas privadas que ofrecen privacidad a los empresarios. Incluso, algunas de ellas cuentan con un proyector que facilita las actividades laborales, al mismo tiempo que se disfruta de una buena cocina.
La cocina se encuentra a cargo del chef francés Frédéric Lobjois, quien cuenta con 12 años trabajando en restaurantes franceses en México, iniciando en el Au Pied de Polanco. Contrario a su hermano en Santa Fe, la zona permite una mezcla de comensales de negocios, políticos, familias y hasta artistas, siendo estos últimos los más comunes debido a la cercanía con el Auditorio Nacional.
Debido a esto, Lobjois ha llegado a cocinar para artistas como Thalía, Luis Miguel y Alejandro Sanz, quienes acuden al comedor durante la madrugada, buscando un ambiente alejado de los tumultos. Una de las ventajas de ser un restaurante que nunca cierra.
