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CIUDAD DE MÉXICO.- La estructura propuesta para implementar el sistema de seguridad social universal es la adecuada, “sin embargo, actualmente México no cuenta con los recursos necesarios para realizarla y la reforma hacendaria es insuficiente para generarlos”, advirtió Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
En opinión del especialista, la reforma presentada el pasado 8 de septiembre no es la solución que se esperaba para las finanzas públicas en el mediano y largo plazo, porque se recarga en los contribuyentes ya cautivos, no termina con la dependencia petrolera, no combate a la informalidad y la eliminación de los regímenes especiales, y afecta principalmente a la clase media.
“Además, en el paquete económico 2014 encontramos un objetivo de corto plazo: hacer política fiscal contra-cíclica muy agresiva que permita sacar a la economía del bache. Las prioridades se están enfocando por ahí”, comentó Villarreal.
El documento propone un déficit presupuestario de casi 4.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para el siguiente año, del que 1.5 por ciento es deuda del gobierno, dos por ciento de endeudamiento de Petróleos Mexicanos y 0.6 por ciento proviene de ajustes de anteriores financiamientos.
“Del endeudamiento esperado para 2014, muy poco se destinará a seguridad social, ya que la mayoría se ocupará en gasto corriente donde el gobierno tiene pasivos contingentes muy importantes”, añadió.
Con la economía en desaceleración y una Ley de Ingresos, como un Presupuesto de Egresos para 2014, inerciales, es poco lo que se puede destinar a la seguridad social universal que se está planteando y que incluye servicios de salud, un seguro de desempleo y una pensión, consideró el director del CIEP en el marco del foro Viabilidad de las Finanzas Públicas en América Latina.
Un ejemplo de esto es el acceso a los servicios de salud, porque “es muy fácil llegar a una cobertura teórica”, pero para lograr una cobertura efectiva se requieren recursos adicionales de entre cinco y 16.5 puntos porcentuales del PIB, de acuerdo con estimaciones del centro de investigación.
“A esto se añade que la transición demográfica juega en contra de programas como la pensión universal”, indicó Sunny Villa, investigadora asociada del organismo, porque significa que cada año requerirán más recursos conforme la población envejezca.
La especialista señaló que mientras que el seguro de desempleo puede llegar a convertirse en un programa regresivo, porque varias de las personas inscritas en el IMSS o en el ISSSTE, pertenecen a los deciles de ingresos más altos.
Ante este escenario, Villarreal resaltó que la verdadera reforma hacendaria deberá no sólo fondear el programa de seguridad social universal, sino también hacer viables las finanzas públicas a mediano y largo plazo.
