CIUDAD DE MÉXICO.- ¿Otra vez había tráfico?, ¿de nuevo el metro se paraba a cada instante?, ¿hoy ni la gente ni el mundo quería cooperar contigo? Seguro resultaste enojado y querías golpear a todos y ahora estás lleno de ira.
Debajo de los constantes obstáculos de la vida, de las blasfemias y de las peleas que se puedan desatar, existen sentimientos dolorosos como los celos, la inseguridad, el dolor y el enojo, por mencionar algunos.
Debido a que nuestra cultura trata a los sentimientos casi como a enfermedades y no como las fuerzas naturales que son, hemos aprendido a ocultarlas y a cargarlas sobre nuestros hombros.
Sin embargo, no todo está perdido. La buena noticia es que podemos impulsar más allá la fuerza innata que llevamos dentro para poder sentirnos, finalmente, vivos y seguros de nosotros mismos. Aunque la mala noticia es que lograrlo es una misión que requiere mucho esfuerzo y dedicación en el aprendizaje que nos llevará toda la vida.
De niños solemos expresarnos “a todo lo que da” con nuestras emociones, ya sean positivas o negativas; conforme pasan los años, aprendemos a través de nuestros padres y de la escuela a comportarnos no sólo ante la sociedad, sino incluso ante nosotros mismos. Fingir y adoptar “reglas no escritas” es la regla que rige nuestros sentimientos. Guardarlos es el siguiente paso y sufrir por ellos es lo que nos queda...
¿En serio?
Si no hacemos algo al respecto, así será. Sin embargo, sabemos gracias a la experiencia que las emociones tienen un poder físico, y saberlo es muy fácil cuando las lágrimas o los golpes llegan, así que hoy te vamos a enseñar cómo lidiar con tus emociones negativas; porque ser más fuerte no implica esconderlas, sino contenerlas e integrarlas a lo que somos:
Dale a tus emociones negativas una salida. ¡Pero no de la peor forma! Lo mejor que puedes hacer es golpear una almohada, correr, escribir furiosamente o llorar. Lo importante es darles una escapatoria que no tenga consecuencias desafortunadas.
Nombra ese sentimiento y recuerda las veces que lo has vivido y luego haz algunas actividades que te proporcionen relajación como escribir, pintar, cantar, tomar un té o hacer ejercicio.
Responde a tus pensamientos negativos sin juzgarte. No, no te llames tonto (o peor), simplemente reconoce que la situación te hace sentir herido e inseguro. Juzgar es fácil, como lo podemos comprobar en cualquier momento y lugar, pero puedes cambiar la perspectiva.
No busques peleas. Ni peleas ni cosas que no quieres escuchar. No estás listo. Tienes que mantener la cabeza fría y pensar en ti.
Abre tus posibilidades. Si te sientes triste o enojado, no debes evitar ese sentimiento. Vívelo simplemente porque es parte de la vida así como las buenas cosas.
Recuerda que siempre habrá altas y bajas. Velo como si fuera el mar. En medio de una tormenta todo lo que necesitas es fuerza física y mental para mantenerte orientado y llegar a la orilla. Así lo mismo con tus sentimientos. Después de ello te sentirás confiado y seguro.
*livm