:quality(75)/media/dinero/images/2015/03/urnabios.jpg)
CIUDAD DE MÉXICO.- La promesa de vivir después de la muerte hoy por hoy va más allá de cualquier creencia religiosa. Un nuevo renacer en la Tierra en el plano material es posible sin necesidad de métodos o invenciones complicadas.
Una metamorfosis de nuestro cuerpo y la posibilidad de renacer en un árbol (cypress, haya, gingko, arce, roble, fresno o pino) resultado de nuestra esencia, puede volverse una realidad, si así lo deseamos, y la clave está en la propuesta de una empresa y su alternativa a lo que usualmente destinamos para la muerte.
En entrevista con Dinero en Imagen, Roger Moliné CEO y cofundador de Urna Bios explicó que la opción que presenta su compañía vio la luz hace casi 15 años, en Barcelona, España, aunque sólo hace dos decidieron emprender.
Urna Bios nació una tarde cuando Gerard (su hermano) estaba con nuestra abuela plantando semillas en el huerto. La abuela encontró un pájaro que estaba muerto en el suelo e, instintivamente, lo cogió y lo tiró dentro de un agujero, junto a algunas de las semillas que tenía en su mano. De esta acción surgió la idea de un producto que pudiera convertir a una persona en un ser viviente como un árbol”.
Esta urna, gracias a su estructura, permite que germine la semilla de un árbol en su interior.
Antes de enterrar la urna es preciso mezclar las cenizas de una persona con un poco de tierra del sitio donde se desea plantar. Los componentes permiten una correcta germinación de la semilla. Una vez que la urna empieza a biodegradarse, las raíces ya son lo suficientemente fuertes como para entrar en contacto con las cenizas. Con la biodegradación todo el conjunto se convierte en parte del subsuelo.
Para poder llevar a cabo el proceso de biodegradación, la urna está fabricada a partir de materiales naturales, principalmente papel y cartón reciclado, celulosa y turba de coco.
Urna Bios, fabricada a partir de materiales biodegradables, principalmente papel y cartón reciclado, celulosa y turba de coco, ha vendido alrededor de 20,000 unidades en los últimos 18 meses y, en retrospectiva, ese número resulta prometedor para la empresa, pues cuando los hermanos comenzaron con la inversión inicial proyectaron 3,000 unidades para el mismo lapso.
Es una cantidad muy pequeña, pero es difícil vender estas urnas cuando no sabes cómo va a responder el público al que ofreces un producto nuevo. Podemos decir que superamos con creces las expectativas iniciales”.
Roger explicó que esta experiencia les permite soñar con una proyección mucho más importante para su empresa. Por ahora Urna Bios quiere aumentar el número de ventas del orden del 50% en este año y llegar a un público de aproximadamente 6 millones de visitantes.
Además, la empresa pretende cerrar inversiones de capital riesgo durante el último trimestre de 2015. “Creemos que nuestra facturación y nuestro público es suficiente como para atraer el interés de inversores y, evidentemente, tenemos algunos planes para los que el capital exterior sería de gran ayuda”, explicó.
Los hermanos ven a Urna Bios como una nueva comunidad de gente; un grupo de personas que coinciden en un método de concebir la vida distinto. “Como empresa trabajamos, y trabajaremos, para adaptar el producto a las necesidades de la gente siempre respetando los valores y la filosofía que ensalza la empresa”, sentenció.
Para Urna Bios el comprador no es uno solo. ¿Podríamos pensar que quienes se preocupan por comprarla son personas mayores? No es así. De acuerdo con Roger, lo que más sorprende es un público que no esperaban: “hay gente con 18 o 20 años que sin necesitar la urna la compra. Es un modo de hacer un statement y de mostrarse a favor de métodos más sostenibles, ecológicos y alternativos”.
Actualmente Urna Bios tiene distribuidores en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Suecia, Estonia, Hungría, Republica Checa, Bélgica, España y Rusia, y sus mayores compradores se encuentran en la Unión Americana; aunque la empresa planea llevar Urna Bios a Australia y Sudáfrica, donde es muy solicitado el producto.
El mercado de la compra de urnas sustentables parece ser más que nuevo, pues hasta ahora no hay datos acerca de la demanda y oferta de estos productos; por otro lado Urna Bios no se había percatado si existía o no demanda de este tipo de urnas; más bien la empresa nació de una idea y un estudio de diseño. “Cuando empezamos” –señaló– “lo único que teníamos era una idea y un canal: internet”.
Creímos que si Urna Bios podía ser útil para nosotros, también podría ser para otra gente. De modo que emprendimos esta aventura”.
Al respecto, Roger aclaró que eso no significa que no se encontraran con obstáculos al emprender en un mercado nuevo.
Para él la principal dificultad fue ofrecer un producto a un público que no existía, más aun si se trata de un producto que rompe con los estándares de mercado. “Creo que el hecho de introducir un producto que aportaba un nuevo significado y sentido hacía más difícil transmitir nuestro mensaje”.
A pesar de todo, aquellas dificultades pronto se transformaron en ventajas: “lo que en un principio era un reto, al final se convirtió en nuestra mejor fortaleza. El carácter distintivo de Urna Bios es lo que poco a poco ha hecho que la gente se fije más en este producto”.
Un proyecto italiano, Capsula Mundi, parece ser lo más cercano a Urna Bios hasta el momento. Este concepto plantea meter un cuerpo en posición fetal en una especie de ‘globo’ para, de esta forma, lograr lo que sus creadores llaman “bosques sagrados”.
Este es uno de los procesos que aceleran la descomposición del cuerpo humano, además de la cremación, para Roger y Urna Bios, esta propuesta es una más en sintonía con el respeto hacia el medio ambiente.
Estos procesos optimizan y mejoran el resultado si lo comparamos con enterrar un cuerpo humano. Supone un ahorro económico muy grande para, por ejemplo, un cementerio. Y además nos permite realizar la plantación de la urna en lugares no controlados o salvajes, como un bosque o una montaña”, señaló.
*livm
