La industria del consumo de insectos está surgiendo como una plaga

CIUDAD DE MÉXICO.- Los insectos son parte de una tradición culinaria en ciertos lugares de Latinoamérica y Asia, por ejemplo, pero ¿cómo los países que tienen poca o nula relación con estos seres como alimento han reaccionado ante su lenta pero segura oferta?

Según datos proporcionados por Livin Farms, el tamaño del mercado de insectos comestibles es de aproximadamente 30 millones de dólares, lo cual es aún una cifra pequeña, pero que crece de forma segura, pues pasó del simple nicho a la industria a partir de 2014 y se trata de un campo retador culturalmente hablando.

De acuerdo con Gabriel Mott, cofundador y COO de Aspire Food Group –una organización que provee alimentos hechos con insectos a poblaciones de bajos recursos y con problemas de nutrición–, hace tres años países como Estados Unidos y Canadá miraban esta alternativa de consumo rica en proteínas y micronutrientes y a sus “evangelizadores” como unos completos “locos”, pero ahora las cosas están cambiando.

Algunas actitudes cambiaron más rápido de lo que esperamos. Después de una mirada profunda, creemos que esto es gracias a los early adopters del mercado. Personas que siguen la dieta Paleo, aquellos que son vegetarianos pero quieren más opciones de proteínas, atletas y aventureros gastronómicos son algunos de los grupos que vemos que impulsan el consumo de insectos”.

Para Gabriel, el consumo de insectos es un negocio nuevo en Estados Unidos. “El mercado es lo suficientemente grande como para apoyar a las empresas y permitir su crecimiento, pero aún es prácticamente inexistente comparado con los mercados en países como México, Ghana o Tailandia”, destacó en entrevista con Dinero en Imagen.

Sin embargo el consumo de insectos tiene futuro, pues cada porción de 100 gramos contiene 21 gramos de proteína que pueden ayudar a enfrentar algunos de los retos de nutrición más grandes de la humanidad.

Los insectos no son una panacea, pero existe toda una serie de problemas que podrían resolverse añadiendo un poco de insectos a la dieta”, dijo Gabriel al hablar de los problemas que el mundo sufre en relación con este tema, como deficiencia de vitaminas, hambruna, obesidad, anemia, entre otros.

Y eso no es todo, los insectos no sólo podrían ayudarnos a mejorar nuestra dieta, sino también a cuidar el medio ambiente.

(La cría de) insectos utiliza menos agua, comida y tierra para generar la proteína que podría ser requerida por la ganadería convencional, y eso sin tener en cuenta que muchos insectos pueden ser alimentados con productos que no son normalmente utilizados con ese propósito, lo que aumentaría nuestra producción neta mundial de alimentos (en vez de bajarla por cultivar granos para el ganado)”, explicó.

Según datos de Livin Farms, un tercio de las tierras de cultivo fértiles se utilizan para sembrar y cosechar los granos que servirán de alimento para ganado.

Aspire Food Group ha volteado al mercado mexicano, donde existe gran oportunidad. La organización espera “construir operaciones considerables” y continuar la investigación y exploración de cría de chapulines en nuestro país.

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Cría tu propia comida

Para Katharina Unger, fundadora y CEO de Livin Farms, las personas reaccionan de forma escéptica en un principio cuando se les habla de los insectos como una alternativa nutricional “pero una vez que tienen una mejor perspectiva, entienden completamente. Un insecto no es muy diferente de un camarón. Una vez que lo ves como un ‘camarón de tierra’, asocias otras cosas a él y tu percepción cambia”.

En 2013, cuando su proyecto nació, “sólo había unos cuantos jugadores en la industria”, –cuenta Katharina– “algunos años después el nicho maduró con compañías que ahora fabrican barras energéticas o harina de insectos más que ‘productos curiosos’”.

Katharina recuerda que hace sólo dos años cuando hablaba del tema “casi nadie en el mundo occidental los había comido”; sin embargo, ahora las cosas son distintas: “cuando hablo de los insectos como comida, todos han escuchado de ellos y casi todos los han probado. Ahora necesitamos que la gente se quede enganchada a ellos y que comience a incluirlos en su dieta”, porque aseveró que los insectos son un “negocio real, pero que aún está a la espera de sus tiempos dorados”.

Livin Farms lanzó en noviembre pasado una campaña –que resultó exitosa– en Kickstarter para fondear la producción de la primera “granja casera” de insectos comestibles.

El objetivo de esta “granja” es que tú mismo puedas hacer crecer tu propia comida saludable, sustentable y segura y obtengas de 200 a 500 gramos de proteína de insectos en tu hogar.

Así como Aspire Food Group y Livin Farms, existen muchas más empresas y organizaciones dedicadas a la producción de alimentos hechos a base de insectos o herramientas especializadas para su cría. A paso lento, pero seguro, la industria de los insectos podría volverse una benéfica plaga.

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*livm