Ella es Mary Barra, la mujer que plantó un rotundo "No" a Trump

Mary Barra sigue viendo a México como una nación donde las inversiones seguirán adelante

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Mary Barra sigue viendo a México como una nación donde las inversiones seguirán adelante. Foto: Archivo.
Mary Barra sigue viendo a México como una nación donde las inversiones seguirán adelante. Foto: Archivo.

CIUDAD DE MÉXICO.- Mary Barra ha dejado de ser intimidada desde hace ya varios años. La primera mujer en tomar las riendas de una armadora del tamaño de General Motors no teme a las amenazas. Recuerda que cuando asumió el cargo de CEO de la compañía estadunidense el 15 enero de 2014, tuvo que ser la cara de la empresa ante uno de los retos más complicados a los que se ha enfrentado en su vida: resolver un proceso legal, y días después, en una corte de su país, escuchar silenciosamente a los padres de diez jóvenes muertos ante una falla en los automóviles fabricados por la organización que hoy comanda.

Salió avante no sólo en este caso, sino en recuperar la reputación de una compañía que venía de una quiebra, y se ganó el respeto de la industria donde los hombres suman mayoría.

Madre de dos hijos, Barra se relaja al sentarse a una mesa en un restaurante de Detroit, y bromea sobre lo poco a poco que gira la vista en la ventana. Es la noche del 16 de enero de 2014, un día después de ser nombrada la jefa máxima de GM, cuando al dar un trago al vaso de agua que le han puesto enfrente asegura sonriendo que México es una de las claves de General Motors (GM) Company, y que observa una creciente clase media y nuevas reformas que pueden impulsar la inversión en las tres fábricas que tiene la firma estadunidense en el país, y ya desde ese entonces pensaba en impulsar el mercado de la compañía al colocar más camionetas y vehículos comerciales en diversas ciudades.

Vemos al país con futuro, y se analizan las inversiones. Es necesario de momento apoyar el desarrollo de Estados Unidos, donde dedicaremos esfuerzos. Sin embargo, México es uno de los siguientes planes, y el impulso de la infraestructura y la mano de obra capacitada merece que se voltee a ver a esa parte del mundo”, afirmaba esa noche.

Barra no ha cambiado de postura, no le gusta contradecirse, y sigue viendo a México como una nación donde, después de años de pensar en las inversiones destinadas, seguirán adelante. Esta vez es 2016 y su brío se mantiene. “Es complicado retirar inversiones, sobre todo de largo plazo. Son decisiones que fueron tomadas hace dos, tres o cuatro años”, señala con respecto a lo que ha dicho el ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al lanzar amenazas sobre regresar la producción de autos como el Cruze, o aplicar sanciones.

Barra reitera en Detroit que es una mujer de paz, no de enfrentamientos, pero tampoco le gusta ser intimidada. Muestra de ello es lo que hizo a mediados de enero. Inteligente y para calmar al mandatario estadunidense, General Motors anuncia nuevas inversiones en el sector manufacturero de esa nación por cerca de mil millones de dólares y el traslado de parte de su producción a Estados Unidos desde México: 450 plazas serán repatriadas.

Se va a trasladar la producción de ejes para las camionetas a Michigan, incluyendo las faenas antes realizadas en México. La medida implica sacar 100 puestos de ese país hacia Estados Unidos. Pero la nueva y renovada GMC Terrain, será fabricada en México”.

HISTORIA DE RETOS

Barra, cuyo apellido paterno es Makela, pero por tradición lleva el de su esposo Tony Barra, acaba de cumplir 55 años de edad. Lleva 36 años trabajando para GM, y tres como CEO de esta firma estadunidense.

Mientras observa su iPhone, asegura que conoce de tecnología, pues cuando fue vicepresidenta ejecutiva de Desarrollo de Productos Globales, ya pensaba en cómo los autos de la compañía podrían ser controlados desde diversos dispositivos, y eso se refleja en cómo da un fuerte impulso a OnStar, la parte tecnológica de la compañía.

Se dice una mujer de retos, que soluciona y tiene gran amor por su familia. Sus padres, comenta mientras toma una copa de vino, son de ascendencia finlandesa, y de ahí su apellido Makela.

Estudié Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Kettering (Hoy General Motors Institute), en Detroit, donde conocí a mi esposo Tony Barra. Es consultor y juntos criamos a dos hijos”, explica esta mujer que en 2015 fue catalogada por tercer año consecutivo como una de las mujeres más poderosas del mundo por la revista Forbes.

Sonríe cuando se le pregunta de dónde viene el amor a los autos, algo que normalmente se ve en los hombres, y asegura que desde niña ha estado inmiscuida en esta industria, pues su padre Ray Makela, trabajó como un fabricante de troqueles en Pontiac durante 39 años.

Barra comenzó a trabajar para General Motors cuando tenía 18 años como “estudiante cooperativo”, y posteriormente ocupó varios puestos de ingeniería y administración, incluyendo ser la gerente de la planta de montaje Hamtramck.

Junto a su familia vive en Northville, un suburbio de Detroit, y asegura que el Chevrolet Camaro y el Pontiac Firebird son sus coches favoritos.

Los retos son buenos, y en esta industria se tienen muchos. Enfrentarlos sin temor, sin intimidación por ser mujer, es algo que me ha gustado desde niña. México es una parte sustancial para el crecimiento de General Motors en los próximos años, y eje para el comercio en América Latina”, es lo que agrega al despedirse.

Hoy es 2017, y la postura sobre México no ha cambiado, aunque se le amenace sobre sanciones fiscales por parte del nuevo presidente de EU, Donald Trump, de retirar su manufactura.

Simplemente prefiere enfrentar los retos, antes que dejarse intimidar.

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