Cuando la Pastelería Ideal era sólo un pequeño expendio; esta es su historia

Ciudad de México.- Fundada en 1927 por don Adolfo Fernández, la Pastelería Ideal, antes llamada “Ideal Bakery”, logró no sólo afianzarse en el gusto del público con su variedad de pan, galletas, gelatinas y pasteles que ofrece al público, sino mantenerse durante tres generaciones como empresa familiar.

A 90 años de su creación, sólo el recuerdo queda de aquel modesto expendio de pan situado en la calle Independencia, pasando el Eje Central Lázaro Cárdenas, al que los clientes llegaban para señalar con el dedo índice la pieza de panecillo que comprarían, ahora existen por lo menos dos sucursales más

Los clientes señalaban el pan que deseaban, decían me da uno de estos, uno de esos, unos de aquellos, era como se les atendía y el negocio fue creciendo poco a poco”, comenta Carlos Alberto Castro Quintero, encargado de la casa matriz del establecimiento.

Tres generaciones han llevado al éxito a esta empresa: Adolfo, abuelo; Adolfo, padre y Adolfo, hijo. Todos ellos han conseguido que los tipos de pan y pasteles sean algo único en el paladar de los capitalinos y visitantes: textura y sabor inigualables.

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Todos los días, desde las 5:00 horas, decenas de clientes mayoristas esperan que el majestuoso edificio, antes exconvento de San Francisco de Asís, que alberga hoy la Pastelería, abra sus puertas para ingresar y seleccionar el pan que minutos después revenderán en distintos puntos de la ciudad.

Nosotros trabajamos por pieza, vienen mayoristas que nos hacen el favor de comprar para ir a revender, son los que les llamamos cafeteros que andan en la calle ofreciendo el pan con café.

“Tenemos 350 variedades de pan, no sacamos las 350 para no fastidiar al cliente, pero alguno viene y dice oiga yo quiero piedras, pues piedras le voy a tener para tenga lo que él guste”, comenta a Notimex Carlos Alberto Castro Quintero.

Conchas, cuernos, banderillas, campechanas, orejas, panques, rebanadas de mantequilla, pan tradicional, americano, danés, pastas secas, pasteles de cumpleaños, bodas, bautizos, tartas, flanes, galletas, gelatinas, bocadillos, y muchas piezas más se aprecia en los aparadores y vitrinas del negocio, ubicado en 16 de septiembre, del Centro Histórico. Al día se hacen entre 25 mil y 30 mil panes.

El clásico empaque de cajas de cartón, charolas armables y bolsas blanquiazules que caracteriza a la Pastelería Ideal hizo su aparición desde la primera generación y no se ha modificado.

Por las calles del llamado primer cuadro de la ciudad, los clientes caminan orgullosos y con paso firme cuando portan en la mano alguna de estas envolturas, “todos saben que es pan de la Ideal”, comentan.

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Con un horario de servicio de 5:00 a 22:00 horas, el bullicio nunca acaba al interior de la antigua casona religiosa; tampoco por la noche, el silencio sólo invade la planta baja y el primer piso, en el segundo piso se encuentran los panaderos que trabajan de forma intensa para satisfacer las necesidades de los compradores.

El proceso es así: llega el panadero y revisa qué se le pidió de producción, ve la lista, va al almacén, le entregan su kit de trabajo y se viene a la mesa a trabajar, empieza a batir en las batidoras y ya que tiene su masa, si es masa que se puede trabajar al momento, se trabaja sino se deja reposar para poder empezar”.

De ahí “ya que la tiene el panadero va a los hornos y una vez que está cocido, regresa al departamento de armado, lo acomoda y lo baja a la zona de venta”, detalla Castro Quintero, quien desde hace 26 años es el encargado de la tienda.

Para la familia Fernández no ha sido fácil mantenerse en el mercado de la industria panificadora, “porque la economía empieza a subir, pero no cambiamos la fórmula que es lo principal y gracias a ustedes que nos siguen haciendo el favor de venir se sigue vendiendo el pan y es como se ha conservado la pastelería”.

Su éxito en el gusto del público se debe a que el pan sigue siendo artesanal; 150 personas, en dos turnos, se encargan día a día de darle forma, sabor y consistencia a la masa.

Muchas panaderías ya lo trabajan con maquinaria que sale el producto elaborado y nada más a cocer; el de nosotros no, seguimos con las batidoras haciendo nuestras masas, pero elaborando el pan a mano, tenemos un álbum donde vienen todas las fotos de los panes y todas las fórmulas, nunca se cambian”, relata Carlos.

Por el origen familiar de la panadería, los empleados dicen que se sienten parte de ella, muchos de tienen ya trabajando más de dos décadas ahí, "hay buena comunicación, tenemos un buen ambiente, todos le entramos al trabajo”.

Los sobrantes de pan del día se entregan como donativos a casas hogar, lo que garantiza pan del día.

La Panadería Ideal tiene dos sucursales más, una en la calle de Uruguay, Centro Histórico, y otra en la colonia Valle de Aragón, segunda sección. La fábrica se encuentra en San Antonio Abad, ahí se hacen los pasteles más grandes: bodas, XV años y bautizos.

*livm