Energía, migración y agricultura: temas cruciales en CLAN

El jueves y viernes pasado, sucedieron dos cosas relevantes que permearán estos encuentros. El primero fue la definición de Biden de su política migratoria que por primera vez implicará devolver a la frontera con México a venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos, que no suscriban la petición de asilo desde su país de origen, lo que normalmente no ocurre.

Esto no implica un retorno al Quédate en México, pero sí puede provocar que el gobierno de López Obrador tenga que activar una solución definitiva a quienes no buscan asilo en México, pero entran ilegalmente al país para buscarlo en Estados Unidos. Reto complicado si no se suben a la negociación regional que está proponiendo Biden.

En cuanto a energía, el viernes, Justin Trudeau expresó que será un tema central de las conversaciones que sostendrán Biden y él con López Obrador, confían en tener una solución clara a la disputa de energía, en particular porque de los 13 mil millones invertidos en energía, 5 mil se hicieron en renovables. Otro tema central será el de la moratoria regulatoria de México en materia de minería.

En Estados Unidos, el tema de energía tiene varias vertientes de controversia: la clausura de 9 terminales de almacenamiento ubicadas cerca de la frontera y la incautación la gasolina importada argumentando que no se cumplió correctamente con la normatividad y el pago de impuestos. Las importadores mexicanos, operadores de terminales y exportadores estadunidenses han documentado lo contrario y también han demostrado que ni la Secretaría de Economía ni el SAT ni, menos, la Secretaría de Energía les han dado audiencia para mostrar que han cumplido, lo que puede sumarse a la disputa energética, porque no se pudo cumplir con los contratos de entrega a las compañías en México y el gobierno de Biden, a través de la USTR y los departamentos de Energía y Comercio han presionado para que México demuestre el argumento de elusión fiscal (tax circumvention) mediante un debido proceso.

Sobre la prohibición de importar glifosato y productos agrícolas genéticamente modificados (particularmente maíz amarillo y algodón), se ha avanzado en quitarle presión al tema con el compromiso, que probablemente se hará oficial tras la visita, de darle un par de años más a la prohibición, pero no resuelve el que Estados Unidos quiera un panel para que México pruebe sus argumentos considerando pruebas científicas y demuestre el riesgo de salud que argumenta. En este tema, otra vertiente de queja es la moratoria que ha implementado la Cofepris para autorizar el registro y comercialización de químicos y pesticidas agrícolas.

En materia automotriz, se espera que el presidente Biden reconozca el contenido del panel de controversias sobre Reglas de Origen, pero enfatice la necesidad de que se establezca una regulación homogénea para la producción de partes esenciales y no esenciales de los vehículos que se arman en los tres países, incluyendo normas de seguridad como la NOM 194, modificada el año pasado y entregada en la OMC, y que México reconozca las certificaciones de la US Federal Motor Vehicle Safety Standards.

Además, un tema sobre la mesa es el tratamiento de compras de gobierno, pues los exportadores (y mire que ésta es una disputa del empresariado en México también), es que las compras son menos transparentes, no dan tiempo para que participantes privados se preparen para participar, cambian las reglas de oferta durante el proceso y, en general, en Pemex, CFE, CFE Telecom y en las asignaciones de construcción y empresariales de Fuerzas Armadas, México no ha cumplido con sus obligaciones bajo el Capítulo 13 del T-MEC.

En fin, quejas similares sobre la venta consolidada de medicamentos e instrumental médico, que quedó pendiente desde el DEAN, protección intelectual ante la proliferación de la piratería física y en internet, servicios audiovisuales, servicios de pagos electrónicos, en materia de telecomunicaciones e impuestos digitales.