Esta es la razón por la que se debe de cambiar la forma de hacer negocios

Sergio García Quintana, Presidente de la Comisión de Finanzas y Sistema Financiero del Colegio de Contadores Públicos de México 

CIUDAD DE MÉXICO.- Los mercados en el mundo hasta antes del último trimestre de 2019 y a partir del mes de febrero de este año, son diferentes desde la presencia del primer caso de Covid-19 en México. Las costumbres de consumo de los mexicanos se habían transformado durante las últimas tres décadas, con un estereotipo de imágenes, producto de una nueva generación, con objetivos de independencia de vida familiar y laboral, deseando evidenciar el éxito, sus prioridades de: viaje, automóvil, celular, alimentación, ejercicio, belleza, vestimenta y preparación académica, retrasando el inicio de una vida familiar por miedo a una incompatibilidad de caracteres, y el compromiso de una paternidad satisfecha a través de una diversidad de mascotas y sus amorosos cuidados.

Ante la mirada de una generación que creció con libertad de jugar en las calles, con horarios acotados para ver televisión, con familias numerosas y con el deseo veinteañero de casarse con la mujer de su vida, con el objetivo definido por nuestros padres de estudiar una carrera universitaria y buscar un empleo que te diera la posibilidad de obtener un “buen sueldo”, seguridad social y servicio médico, por si llegaras a enfermarte, y a la larga, tener la posibilidad de formar tu patrimonio comprando una casa a crédito a pagar en 30 años. 

Las carreras profesionales estaban muy bien definidas para durar una, dos o tres generaciones de ingenieros, abogados, contadores, médicos, arquitectos. Las empresas se formaron mirando y cubriendo las necesidades de los clientes, bajo el precepto de que: “El cliente siempre tiene la razón”. 

Las nuevas carreras universitarias se enfocan al dominio de las tecnologías digitales, la demanda de conocimientos mercantiles a través de las redes sociales y en la ilusión de ser los dueños de su propio tiempo y dinero, producto del esfuerzo y resultados del negocio propio, conceptualizado y generado por medio del autonombramiento y el reto de ser un emprendedor. Ese que, motivado por las historias de éxito de los millonarios internacionales, que iniciaron los negocios basados en la revolución tecnológica mundial, que empezaron, en un espacio dentro de su casa y financiados con los ahorros de sus familiares y amigos, y que ahora tienen a través de internet un alcance masivo internacional. 

De pronto, se puede recibir información en videos de paisajes y lugares de todo el mundo, en diferentes idiomas que los acercan a los lugares que soñaban conocer sus abuelos y sus padres cuando se jubilaran, gastando en ese viaje los ahorros de toda su vida y después de terminar de pagar la hipoteca de la casa, la educación de los hijos e incluso la boda y el enganche de su departamento.

La cultura, educación y preparación académica se ha acomodado en la casa de cada uno de los interesados en estos temas, las distancias han desaparecido y el costo de los medios de transporte, el auto, la gasolina, el pasaje del transporte público, han sido sustituidos por los costos de conexión a internet, energía eléctrica y una buena computadora o un teléfono celular con servicios integrados, de cámara fotográfica, servicios bancarios, correo electrónico, comunicación oral y escrita. Permitiéndoles estar siempre comunicados, a cualquier hora del día y desde cualquier lugar del mundo. 

El tiempo de traslado a la oficina y su regreso a casa, se ha reducido al tiempo de sentarse frente a la computadora, optimizando el tiempo de trabajo y juntas. Teniendo mayor tiempo de descanso y convivencia familiar. Reduciendo el estrés y mal humor ocasionadas por el tráfico. Las juntas en las oficinas de los clientes ya no requieren salir con una o dos horas de anticipación, también se reduce la inversión para mantener un amplio guardarropa ejecutivo.  

Se han cambiado las cuotas del Gym por una caminadora, elíptica o bicicleta fija para hacer ejercicio en casa, los pants y tenis para ir a correr se han substituido por cómodas playeras y shorts. La pijama y las pantuflas, se han acomodado a la fascinante posibilidad de adquirir los víveres por teléfono o por computadora, reducir la necesidad de salir y ponerse el cubrebocas y la mascarilla, para sentirse seguro enfrente de todas aquellas personas que por incredulidad, incomodidad o ignorancia, no son capaces de utilizarlo.

Los restaurantes se ven demasiado grandes o con muy pocos los comensales, por qué tampoco hay necesidad de ir a la oficina, o de ir a la escuela o al deportivo o a ver a los amigos cuando estamos muchas horas al día enviándonos mensajes cada minuto y contestando a todos los integrantes de los grupos de whatsapp en los que participamos. Nos comunicamos tan frecuentemente con ellos que, tenemos conocidas las frases y los temas que se intercambian, sabemos quiénes forman los subgrupos de apoyo, los antagónicos, los fanáticos, los religiosos, los reflexivos, los pensantes y los que disfrutan molestando a los demás. Y aún peor, sabemos que cuando nos reunimos, se pasan parte del tiempo contestado los mensajes en su celular y ni siquiera pueden mantener una conversación más de unos minutos, que su atención durará hasta que el celular anuncie la llegada de un nuevo mensaje.

Los empresarios están evaluando la posibilidad de disminuir el espacio físico de las oficinas, escalonar la asistencia del personal a uno o dos días a la semana y los demás días hacer home office. Redistribuir los espacios aumentando la distancia entre los escritorios y las mesas de trabajo del personal. Hacer inversiones en computadoras, impresoras, plataformas de comunicación de internet y en software de seguridad en sus redes de cómputo para trabajar a distancia.

Será de vital importancia para la proyección de flujos futuros utilizados en la evaluación de proyectos y en la planeación financiera de las empresas, considerar los escenarios de comportamiento del consumo de los clientes actuales y potenciales, sin perder de vista el cambio en las necesidades que tendrán que ser satisfechas no solo cuando termine la pandemia, sino en los cambios que se irán dando en el corto y mediano plazo, después de un casi un año de modificaciones en el comportamiento en el consumo personal y empresarial.

Los cambios en la mentalidad de los clientes de estas dos grandes generaciones de los millennials y de antes de ellos, como un producto de la evolución, ¿Se podrán llevar a cabo cambios en sus consumos?, ¡Sí!, sin lugar a dudas. Los empresarios, así como los emprendedores, deberán transformarse, adaptar sus productos y servicios, no a una nueva realidad, ¡solo a nuestra realidad!