El lado bueno (y el oscuro) de vivir solo

Ciudad de México.- Si tienes entre 25 y 35 años, la idea de vivir solo se convierte en un pensamiento recurrente o en una realidad. Al mudarte a un nuevo espacio comprobarás que ser independiente significa mucho más que ganar dinero y gastarlo en caprichos de un fin de semana.

Vivir solo será una oportunidad en donde proclamar tu independencia. Este viaje implicará mucho aprendizaje sobre administración, descubrimientos inesperados como que las cosas no se mantienen limpias ni ordenadas por sí solas y, sobre todo, un viaje de autodescubrimiento que contribuirá a formar la persona que deseas ser.

Por ello en este artículo nos hemos encargado de poner sobre la mesa los pros y contras de vivir solo:

Los contras de independizarte

Aprieta tu bolsillo

De acuerdo con los datos del Observatorio Laboral, durante el último trimestre de 2015, el ingreso promedio mensual de los profesionistas ocupados del país fue de 10,814 pesos. Según las cifras del documento, Situación Demográfica de México de la CONAPO, los gastos más importantes corresponden a alimentos, bebidas y tabacos, seguido de transporte y comunicaciones y por último vivienda y combustibles.

Debes pensar que del 100% de tu suelo, la renta no debe rebasar el 30%. A este porcentaje deben sumarse los servicios como luz, televisión de paga, gas, y demás gastos necesarios como comida. El refrigerador no se llena solo.

Prepara un presupuesto de compras semanales y aprende a cocinar un par de cosas básicas.

De lo contrario terminarás comiendo diario en lugares que harán tus gastos más grandes y tu presupuesto mensual más pequeño. Además, siempre podrás llamar a algún conocido que sepa cocinar mejor que tú.

Reorganización

Haz una lista de lo que necesitas en casa y los gastos que debes hacer

Comenzarás a notar que además de la comida, hay otras cosas que no se compran, pagan o se hacen solas como tener ropa limpia. Verás que tus camisas no se planchan solas, ni tus sacos llegan solos a la tintorería. Al ser independiente, una reorganización total ocurre. Deberás comprar una lavadora, o llevar tu ropa a la lavandería. Y lo mismo ocurrirá con la limpieza de tu casa. En este caso elaborar un presupuesto adecuado vuelve a ser el tema en cuestión.

Bienvenido a la vida de adulto

Considera que comprarás artefactos que facilitarán tu vida, y serán pequeñas inversiones a largo plazo. Cosas como una licuadora, lavadora, plancha, refrigerador, sillas, mesas y sillones te pertenecerán poco a poco y formarán parte de tu vida. Así que tus gastos cambiarán: menos fiestas y más comodidad.

En este nuevo sitio donde no existen los permisos, te enfrentarás a uno de los mayores retos de la vida: madurar. Te enfrentarás a un buen número de aventuras como que “se acabó el gas”, “la comida se echó a perder”, “mi casa es un asco”, “¿por qué nada se limpia o se hace solo?”, y muchos más. Pero al final, el tiempo te ayudará a acostumbrarte a esta nueva dinámica y por fin te convertirás en lo que la sociedad llama un adulto.

Las ventajas de vivir solo

Adquieres libertad

Los pros de vivir solo se limitan básicamente a un hecho: libertad. Esta libertad se esparcirá a lo largo y ancho de tu nuevo habitáculo. No sólo podrás decorar tu hogar como mejor te parezca. Si quieres que las paredes sean negras: ¡adelante! Si quieres que en la cocina esté el X-box nadie te dirá que no.

La cocina, comedor, sala, recámara y baño te pertenecen. Antes tenías una sola habitación para guardar tu vida, pero ahora tus espacios reflejarán la clase de persona que eres. Por ello es de gran importancia que estén limpios y ordenados.

Adiós horarios

Con la libertad total también ocurre el mejor hecho de vivir solo: no existen los horarios. Te olvidarás de la hora de llegada, o de tener a tus padres en vela esperándote para decirte: ¿Qué horas son estas de llegar? o ¿qué hace tal o cual persona en casa a esta hora? ¿Con quién saldrás y a qué hora llegarás? Serán cosas del pasado.

Con la libertad de horarios, también viene una gran responsabilidad: cuidar tu salud. Con esto nos referimos a que no por ser libre debes caer en los excesos de la vida nocturna, de lo contrario el tiempo te cobrará factura.

Aprovecha tu espacio

¿Qué sería de la aventura de vivir solo sin ese sentimiento de propiedad?

Ahora que este espacio es tuyo, aprovéchalo al máximo. Un hogar no es sólo un espacio donde puedes dormir. Aquí también podrás trabajar, socializar, descansar, y tener momentos de esparcimiento que incluyan otra cosa más que sesiones interminables de Netflix.

Ahora que estás por tu cuenta, elabora horarios en los que puedas desarrollar nuevas habilidades: tocar un instrumento sin que nadie te diga que no hagas ruido. Dibujar, bailar, salir a hacer ejercicio, decorar tu casa. Los límites están en tu imaginación (y desgraciadamente también en tu presupuesto.)

Consejos para disfrutar tu vida solo

Para que la vida te sea más fácil en esta etapa, te proporcionamos algunos consejos que no debes pasar por alto:

Elabora un presupuesto. De ello dependerá desde el lugar en el que podrás vivir, los lujos que podrás darte, las elecciones que realizarás entre comida de tupperware o comida de algún lugar externo.

Crea un fondo de ahorro. Jamás sabrás el momento en el cual tendrás un imprevisto. Y si has ahorrado para viajar, este fondo es más o menos igual. Realiza un calendario para saber cuándo hay que pagar qué. Desde la renta, hasta los servicios básicos. No querrás quedarte sin luz o sin gas. 

Recicla. Al comenzar a vivir solo no tendrás nada, a menos de que rentes un lugar amueblado. No entres en pánico, seguramente en casa tenías una cama que es tuya y un par de muebles que tus padres no necesitarán en su nueva vida sin ti.

Busca los básicos. Considera que necesitarás platos, cubiertos, vasos, un par de botes de basura y artefactos de limpieza. Compra lo que necesites de primera instancia: un par de sillas y una mesa. Poco a poco todo irá mejorando. De cualquier manera serás feliz por tener un espacio propio.

*livm