El reloj como oráculo

Nuestra pyme -
Nadie puede adivinar el futuro, pero el tiempo sobre el que se desarrollan las decisiones y acciones empresariales puede inferir el futuro empresarial. Foto: Pixabay.
Nadie puede adivinar el futuro, pero el tiempo sobre el que se desarrollan las decisiones y acciones empresariales puede inferir el futuro empresarial. Foto: Pixabay.

Nadie puede adivinar el futuro, pero el tiempo sobre el que se desarrollan las decisiones y acciones empresariales puede inferir el futuro empresarial.

Acciones para sobrevivir en el día a día y la percepción a largo plazo son los dos enfoques ante una crisis. Las pymes que optan por la segunda opción y construyen para el mañana son las que mejores resultados ostentan.

Así, cuando los ejecutivos toman acciones e inversiones con objetivos a largo plazo en mente, sus empresas generan más valor para los accionistas, crean más empleos y contribuyen en mayor grado al crecimiento económico respecto a las empresas que se centran en el corto plazo.

De forma simultánea, abordar los intereses de los empleados, clientes y otras partes interesadas también ofrece un mejor rendimiento a largo plazo. El futuro, entonces, pertenece a líderes que tienen una orientación a largo plazo y tratan con justicia a sus socios de negocio.

Paradójicamente, el comportamiento orientado hacia beneficios a corto plazo aumenta en los últimos años. Esto por la presión de obtener ganancias y se asume que esto debe generarse en breves lapsos de tiempo. ¿Es incompatible crear un futuro promisorio y ganar?

No. Estas son cinco estrategias para lograrlo.

  1. Invertir en iniciativas arriesgadas. Esta visión se sintetiza como” jugar para ganar” y no sólo para no perder. Implica innovar productos, marketing, ventas y desarrollo del talento. Esto conduce a mayores tasas de crecimiento de los ingresos.
  2. Iniciativas que superen el costo del capital. Se requiere ofrecer un fuerte rendimiento del capital invertido. Aunque no todas las inversiones que realiza una empresa tienen que ganar más que su costo de capital, conjuntamente si deben crear valor a largo plazo para los inversionistas.
  3. Asignación dinámica de capital y talento. Dirigir una empresa a largo plazo no equivale a mantener la misma combinación de negocios para intervalos de tiempo prolongados. Se requiere supervisar la posición de la pyme en el mercado e ingresar o salir de las empresas a medida que los panoramas competitivos cambian. La reasignación dinámica de recursos materiales y personales confiere una ventaja significativa en el rendimiento.
  4. Generar valor para todos los socios de negocio. Las empresas a largo plazo se centran en mejorar los resultados para todas sus partes interesadas, no solo para aquellos que poseen acciones en el negocio. Tienen buenas razones para hacerlo. Los empleados motivados hacen más que los descontentos. Los proveedores bien tratados trabajan juntos de forma más colaborativa. Los reguladores satisfechos son más propensos a otorgar licencias de operación.
  5. Visión a largo plazo. Aunque suene redundante, cuando se producen cambios temporales en la fortuna, como una crisis, por ejemplo, las acciones a corto plazo resultan muy atractivas y se restructura mediante desvío de ingresos o con reasignaciones drásticas de gastos operativos.  Pero se requiere un esfuerzo considerable para asumir nuevos comportamientos que generen resultados a largo plazo, no impulsos reactivos nada más.

Entre los nuevos comportamientos que deberá generar la pyme está fortalecer su departamento de investigación y desarrollo y vincularlo a extensiones de línea e innovación continua.

¿Qué tan lejos mira una pyme? La distancia está correlacionada con su permanenecia y crecimiento en el mercado.

Jbf

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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