El verdadero emprendedor

¿Creativo, obstinado, calculador o arriesgado? ¿Cuáles son  las características que debe poseer un emprendedor en tiempos de vulnerabilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad? Aunque campean teorías y rasgos idóneos en el colectivo empresarial, los capitalistas de riesgos identifican a un emprendedor con diversos rasgos interpersonales.

Los cuatro rasgos cruciales que se buscan a la hora de decidir qué empresarios apoyar son:

1. Vendedor genial.  Y antes de poder vender un producto a los consumidores, tiene que vender la realidad del emprendimiento a los seres más cercanos y queridos. Por supuesto, esto implica una gran convicción del proyecto en el que se involucra. Debe ser capaz de hacer que los demás crean en el proyecto.

Además de convencer a su círculo cercano, deben ser capaces de vender su idea a sus empleados y primeros clientes del valor de la empresa y de las ventajas competitivas y diferenciales del mercado que ofrece.

Julio César Chávez, CEO de la banca de desarrollo Cénit y consultor empresarial es muy claro en este punto: “Otorgamos créditos y capital a quien demuestra que progresa por su cuenta, de lo contrario cualquier propuesta de negocio parece un ilusorio castillo de naipes”.

2. Deleita para generar credibilidad. Aunque parezca utópico, un factor esencial para determinar si se tiene o no espíritu emprendedor es la capacidad de deleitar a un cliente. “Esto rebasa la tecnología o el diseño. Están implícitas habilidades verdaderamente humanas como comportamiento interpersonal, comunicación y negociación”, asegura Briseño Cruz.

“Todos los días vemos diferentes ideas apoyadas en tecnología o sorprendentes diseños, pero eso no es nada si no logramos que un artilugio se convierta en magia pura y eso sólo puede lograrse con una gran dosis de ingenio, lógica y ética. El deleite es un producto sorprendente creado ex profeso por el emprendedor”, dice el investigador y conferencista.

3. Proactivo. Esto va en contra de la visión generalizada de que todo cambiará en la empresa de un momento a otro cuando se obtengan patrocinios y créditos de los capitalistas de riesgo. “Quien asume que los primeros ingresos se obtendrán con la liquidez un tanto irreal de un inversor seducido por una gran idea, pueden nunca concretar su negocio. El verdadero emprendedor es altamente creativo en la manera de lanzar su producto al mercado y establecer su posicionamiento incipiente”, refiere el CEO de Cénit.

Para el consultor empresarial, un rasgo distintivo del verdadero emprendedor es su capacidad de concretar la idea. “La proactividad es lo que diferencia a un incipiente empresario de un soñador”, vaticina el CEO de Cénit.

4. Mesurado. En las semillas del emprendedurismo abundan grandes ideas. A veces estrafalarias y suntuosas, llenas de promesas  de cambiar el mundo. Pero  las mejores startups no son las que tienen las ideas más grandes, sino las que son capaces de tomar un concepto simple y ejecutarlo muy bien.

“A partir de esa pequeña y sólida oferta, crecen grandes cosas. Lo importante es empezar a iterar en la idea de negocio. Esto puede incluir crear conciencia a través de compras de anuncios, enviar correos electrónicos en frío a clientes potenciales en redes sociales y alinear reuniones con referencias. Los clientes dirán qué quieren a continuación”, dice Briseño Cruz.

5. Calculadores del riesgo. Los mitigadores de riesgos innatos o que hayan aprendido a micro-probar rápidamente su camino a través de desafíos o problemas son verdaderos emprendedores. “La buena noticia es que este rasgo puede aprenderse en las escuelas de negocios”, aseguró el consultor de empresas.

Sin duda, las cinco características descritas son la prena esencial de si se posee o no un espíritu de empresario.

Jbf