Los jefes también lloran

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En la actual pandemia, existen múltiples pérdidas e incertidumbre que no pueden ignorarse en el lugar de trabajo. Foto: Pixabay.
En la actual pandemia, existen múltiples pérdidas e incertidumbre que no pueden ignorarse en el lugar de trabajo. Foto: Pixabay.

En la actual pandemia, existen múltiples pérdidas e incertidumbre que no pueden ignorarse en el lugar de trabajo. Esto implicaría detener los proyectos de innovación, aumentar el estrés y generar un descenso de la productividad en al menos 33%.

Si a esto le sumamos que las compañías deben incrementar su velocidad de respuesta ante los cambios en las necesidades y expectativas del mercado, el clima laboral puede catapultar o frenar el desarrollo empresarial. La sobrevivencia corporativa, simultáneamente, depende en gran medida de la reputación que logre entre sus públicos. Ante esto, debe impulsarse el liderazgo humanitario.

No se trata de un manifiesto, sino de una forma de vida en la que se involucra conciencia, vulnerabilidad, empatía y compasión. Todo esto puede concretarse a través de acciones sencillas, pero de gran trascendencia.

El “¿cómo te sientes?” puede ser la pregunta que trascienda positivamente en una persona. El liderazgo empresarial reviste una mayor importancia durante una crisis como la actual, en la que las personas nos mostramos más sensibles y vulnerables.

En todos los lugares, incluidos los centros de trabajo, la sensación perdida de la seguridad y normalidad puede desencadenar dolor y sentimientos de shock, negación, ira y depresión. En tales circunstancias, el liderazgo solidario se vuelve aún más importante. Sin embargo, lograr esta gestión humanitaria implica reconocer nuestra propia vulnerabilidad, miedo y otros sentimientos asociados a las pérdidas de vidas, oportunidades y proyectos.

 Un primer paso para sintonizar eficazmente con los otros es generar la  autoconexión y  autoconciencia. Respirar lentamente puede ayudar a lograrlo, así como tratar de dar nombre a los propios sentimientos. Ambas acciones generan estabilidad emocional. 

Entre otras acciones para generar alivio ante la adversidad y los duelos, conviene practicar la gratitud y la meditación u oración. El enlistar mentalmente todo lo bueno en nuestra vida y centrarnos en lo positivo que poseemos genera un estado de serenidad. La meditación y la oración, además, poseen características terapeúticas que nos permiten alentar nuestra percepción y sentido, de ahí que se popularicen ambas prácticas antes de asumir decisiones cruciales en el trabajo y en la vida.

Ahora conviene remarcar: el nivel de solidad y empatía está directamente relacionado con nuestro grado de autoconciencia. Ya que nadie puede dar lo que no tiene, es conveniente buscar la propia serenidad para empatizar con los sentimientos de los integrantes de nuestros equipos de trabajo.

El liderazgo humanitario, por supuesto, va más allá de un acto reflejo de humanidad. Implica una mejor gestión y compromiso laboral, nos vuelve agentes del cambio en la vida de los demás.

Ahora, los líderes que experimentan ansiedad y bloqueos emocionales pueden encontrar útil hablar con otras personas acerca de sus experiencias. Al igual que con la respiración profunda, simplemente enumerar las emociones puede ayudar a regular los sistemas nerviosos, aliviar la ansiedad y la tensión, y permitir que las personas activen sus procesos de pensamiento lógico. 

Compartir sentimientos más profundos con aquellos en quienes un líder confía, también puede ayudar a procesar y superar los bloqueos y sentar las bases para cultivar la autenticidad,  confianza y el liderazgo compasivo. Conectar con los demás, vale decirlo, está relacionado con la propia capacidad de autoregulación y desarrollo interno.

Asimismo, sintonizarse a sí mismo mejorará su capacidad de escuchar a los demás, aliviar su miedo y ansiedad, y permitirles seguir adelante. Se ha demostrado que la conciencia de lo que otros sienten, y el modelado a seguir de vulnerabilidad, empatía y compasión durante una crisis, reduce el estrés y limita los síntomas físicos adversos de los miembros del equipo, al mismo tiempo que mejora el logro de los objetivos del equipo y la productividad.

Los líderes desempeñan un papel crucial para hacer que las personas se sientan escuchadas e incluidas, para permitir que todos nuestros colaboradores se expresen libremente, fomenten un ambiente de seguridad psicológica en el que todos se sientan unidos ante la crisis.

Si. Un jefe también llora, pero tiene la oportunidad de ayudar a los demás y en ese proceso de humanismo y compasión sanarse a sí mismo.

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Jbf

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