¿Por qué deberías tomarte ya unas vacaciones?

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Verano, el ambiente se siente relajado; aceite de coco, piña colada, sol y playa. Foto: Thinkstock
Verano, el ambiente se siente relajado; aceite de coco, piña colada, sol y playa. Foto: Thinkstock

Verano, el ambiente se siente relajado, por lo menos en la silla del compañero que recién regresó de vacaciones, todavía huele a aceite de coco, piña colada, sol y playa. Más allá una silla vacía y la escena se repite en algunos lugares más.

Nosotros, aferrados a nuestra silla y lugar de trabajo, con un pálido color en el rostro y renegando nuestro infortunio diario con el consabido mal humor.

¿Por qué no tomar unos días de descanso? Puede ser porque nos invade el sentimiento de sentirnos imprescindibles que nos lleva a pensar que sin nosotros simplemente la empresa no puede funcionar, que nuestro trabajo es un pilar fundamental para el equipo y si nos vamos unos días todo se volverá un caos.

También podemos irnos al otro extremo, pensamos que si no estamos en la oficina alguien tomará fácilmente nuestro lugar y cuando regresemos seremos remplazados sin importar lo bien que desempeñemos nuestras funciones.

La realidad es que tomar unos días de descanso no solo sirve para desconectarnos de las presiones laborales y disfrutar de tiempo de calidad con nuestras familias, sino que elevará nuestra productividad y desempeño laboral.

Si físicamente estamos exhaustos, literalmente el organismo pide descanso y éste no debe ser menospreciado. Se ha comprobado que el ánimo laboral antes y después de tomar vacaciones es más positivo por las emociones involucradas, emociona la planeación anticipada, las expectativas elevadas y tras regresar al trabajo, la satisfacción permanece incluso durante varias semanas.

Hay muchos estudios que reflejan que no tomar vacaciones puede tener repercusiones en la salud, en el libro Success Under Stress de Sharon Melnick destaca que casi el 80% de los trabajadores sienten algún grado de estrés y que casi el 70% de las consultas médicas están relacionadas por síntomas de estrés laboral.

Aún y cuando parecemos desconectados del ámbito laboral, nuestro cerebro permanece trabajando y conectando ideas sobre las habilidades aprendidas y que se deben desarrollar, es posible que visualicemos un nuevo enfoque a un problema, o se resuelvan procesos y situaciones que con la rutina diaria parecen llevarnos a un callejón sin salida. Salir de la oficina y pensar en otra cosa nos ayudará a enfocarnos mejor en lo que debemos dentro de nuestras funciones.

Estar en ambientes nuevos, conocer nuevos lugares, culturas, cocina, etc. puede ampliar nuestros horizontes y ayudar a resolver problemas de manera creativa o desarrollar estrategias nuevas, probar nuevos mercados o un sinfín de posibilidades que podrían pasar desapercibidas si nos quedamos encerrados en nuestros mismos espacios y conviviendo con las mismas ideas.

La duración de las vacaciones puede o no ser relevante en función de la capacidad que tengamos de realmente desconectarnos del ciclo laboral o de las rutinas e inercias en las que frecuentemente caemos por la cotidianeidad de nuestras circunstancias.

Si bien tomar periodos largos de vacaciones funcionan mejor, aprovechar pequeños espacios de descanso como los fines de semana largos, pueden representar buenas soluciones para disminuir el grado de presión y mejorar la productividad y el ambiente laboral.

Se ha comprobado que la mente humana funciona mejor con periodos cortos pero intensos de trabajo tras un intervalo pequeño de descanso. El trabajo continuo puede provocar que la gente se bloquee y se encuentre incapaz de encontrar soluciones para desempeñar sus responsabilidades de manera eficaz.

Una encuesta realizada por Korn/Ferry International entre más de 250 ejecutivos de empresas encontró que el 84% de los entrevistados habían cancelado algún plan de vacaciones por cuestiones laborales, pero cuando los directivos de una empresa toman periodos de descanso, es más probable que a su regreso encuentren enfoques creativos y desarrollen estrategias de largo plazo que benefician más a la compañía, por el contrario, cuando no han tomado vacaciones, es más difícil que tomen decisiones efectivas.

Ya sea por merecerlas o por necesitarlas, las vacaciones de los empleados son controlables, tienen una duración que llega a su fin; mientras que las consecuencias negativas de no tomarlas ya sea físicas o mentales se reflejarán invariablemente en el ambiente laboral y la productividad de la empresa provocando mayores costos y menores beneficios.

 

Nos leemos la próxima vez…

Aclaración:
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