Tres posturas corporales que te harán parecer más confiado

Talentos@Work -
Cuando quieres plantear una idea, reclínate hacia atrás, si puedes sube los pies a la mesa y cruza tus manos en la nuca. Foto: Especial
Cuando quieres plantear una idea, reclínate hacia atrás, si puedes sube los pies a la mesa y cruza tus manos en la nuca. Foto: Especial

Lo que decimos con el cuerpo se puede trasladar a la mente y las posturas corporales que adoptamos son reflejo de lo que pensamos. No se trata de ver qué es primero, si mi forma de caminar o pararme cambia lo que pienso o viceversa, pero sin duda una tiene impacto sobre la otra.

Amy Cuddy, profesora de Harvard Business School, define como “posturas de poder” (power-posing) al hecho de cambiar nuestro lenguaje corporal de forma que nos haga sentir más seguros.

En su libro “Presence”, destaca la importancia de imitar los gestos de personajes importantes o en posiciones de poder para elevar el sentido de confianza que tenemos y establece que hacerlo puede ser tan eficaz como los más tradicionales ejercicios para elevar el autoestima, como aquellos que recomiendan repetir continuamente lo buenos que somos en lo que hacemos.

Las posturas de poder son abiertas y amplias, cuando asumimos una postura así, generalmente abarcamos más espacio físico y tendemos a estirar piernas y brazos. Por ejemplo la postura de la “mujer maravilla”, con las piernas ligeramente abiertas a la altura de los hombros y los brazos en la cintura/cadera, acompañados con la barbilla ligeramente elevada.

Es común que nuestro comportamiento se refleje en nuestras actitudes y expresiones –verbales y no verbales, lo que nos lleva a pensar que si tomamos una postura determinada, se puede convertir en auto confianza.

Las posturas de poder son un ejemplo de cómo la mente y el cuerpo trabajan juntos con el mismo objetivo, es un ‘empujón’ para sobreponerse a obstáculos psicológicos que nos frenan para creernos que es posible conseguir lo que queremos.

Cuando adoptamos una postura de poder, incluso podemos influir en la forma en que las otras personas nos ven e interactúan hacia nosotros, lo que contribuye a elevar la actitud de confianza inicialmente adoptada con la postura.

Cuando tu lenguaje corporal es de confianza y abierto, las otras personas responden positivamente, reforzando inconscientemente no sólo su percepción sobre nosotros sino la forma en que nosotros mismos nos vemos”, según Cuddy.

Aquí algunas posturas de poder que describe Cuddy en su libro:

  • Cuando tratas de cerrar un negocio, intenta poner tus manos sobre la mesa e inclinarte un poco hacia adelante: Conforme se acerca el cierre de tu presentación y estás a punto de ofrecer la llamada “cereza del pastel”, inclinarte un poco hacia adelante dará la impresión de que estás plenamente comprometido con el ofrecimiento y en una posición dominante. Sin embargo, al hacerla, procura no exagerarla ya que también puede dar una impresión demasiado agresiva.
  • Cuando quieres plantear una idea, reclínate hacia atrás, si puedes sube los pies a la mesa y cruza tus manos en la nuca: Cuddy denomina esta postura como “Obama”, quien al parecer frecuentemente se ve en esta postura en su escritorio de la Oficina Oval. Es una postura difícil de llevar a cabo, sobre todo con lo que se refiere a subir los pies sobre el escritorio –que preferentemente debe ser el propio, al tiempo que la colocación de manos y cuerpo relajado dará la impresión de que es probable que tu idea involucre decisiones arriesgadas, pero redituables.
  • Antes de una entrevista coloca tus pies ligeramente abiertos y estira tus brazos hacia arriba formando una V: Adoptar una postura de alto poder en una entrevista, pudiera ser tomado como agresivo, presuntuoso o hasta ofensivo, sin embargo hacerlo momentos antes de entrar, puede tener el mismo efecto. Como cuando un artista se prepara para dar una gran función, esta postura incrementará tu nivel de confianza y ayudará a atenuar el nerviosismo normal de una entrevista.

Dicen que Hitler ensayaba sus discursos por horas frente al espejo y corrigiendo aquellos gestos que lo hacían parecer débil o poco convincente, modulando su tono de voz y ademanes hasta dominarlos.

Ser conscientes de las posturas que tomamos establecerá un vínculo entre pensamiento y cuerpo que dará como resultado elevar nuestra confianza. Podemos empezar viéndonos al espejo y grabándonos copiando esos gestos de gente poderosa para ir aplicándolas poco a poco hasta hacer un hábito permanente.

 

Nos leemos la próxima vez…

 

*gl

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
Icono de te puede interesar de en dineroenimagen

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR