:quality(75)/media/dinero/images/2019/05/ceesp-pib-2019.jpg)
CIUDAD DE MÉXICO.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) prevé que el crecimiento de la economía nacional sea del 1.0% al final del 2019, una de las expectativas más bajas entre los pronósticos financieros nacionales y de los organismos internacionales.
La institución, cuyo director general es Carlos Hurtado López, preveía que la economía creciera cerca del 2.0% este año; sin embargo, con la estimación oportuna del Producto Interno Bruto del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) para el primer trimestre del 2019, dijo que hay dudas en cuanto a la posibilidad de lograr los objetivos deseados de crecimiento económico al final del sexenio.
Explicó que la previsión del Inegi muestra una caída de 0.2% durante el primer trimestre de 2019, respecto al trimestre previo, que sería la más baja desde el último trimestre del 2009 y también la menor para el primer trimestre de cada uno de los últimos cuatro sexenios.
Las actividades secundarias o las industriales fueron las más débiles con una reducción anual de 2.1%, con lo que acumularían dos trimestres consecutivos de caída.
En tanto, si bien se prevé que las actividades terciarias, de los sectores comercio y servicios, se mantuvieron en terreno positivo, con un avance anual de 1.0%, tienen tendencia a la baja.
Si las estimaciones son certeras, en ambos sectores se presentarían las cifras más débiles desde el último trimestre del 2009”, advirtió el CEESP.
Mencionó que prácticamente todos los especialistas e instituciones relevantes anticipaban ya un debilitamiento de la actividad económica. No obstante, estos resultados señalan que probablemente fue mayor a lo esperado.
Con ello aumentaría la probabilidad de que el crecimiento del año en su conjunto se acerque más al 1.0 por ciento, por lo que el reto de revertir esta tendencia se hace más urgente, si se quieren alcanzar los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024.
Además, recordó que el gasto público está restringido por la disciplina fiscal y la demanda externa, aunque estimulada por los buenos resultados de la economía estadunidense no parece ofrecer una revitalización significativa.
En días recientes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos redujo su pronóstico de crecimiento para la economía mexicana de 2% a 1.6% en 2019; el Fondo Monetario Internacional tiene similar perspectiva; en tanto, el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) coinciden en que la economía mexicana crecerá 1.7% al finalizar el año.
Para el CEESP, la inversión privada es el componente idóneo de la demanda agregada que puede revertir la tendencia señalada por la estimación del PIB del primer trimestre.
Sin embargo, para el organismo de análisis, las previsiones del PIB se presentan en un contexto de eventos y anuncios que parecen opuestos a los incentivos que serían correctos para estimular la inversión privada.
Dentro de ese contexto, abundó, están la paralización de la reforma energética que detiene nuevas inversiones en hidrocarburos y energía sostenible, así como inversiones en electricidad, lo que además pone en riesgo la oferta para la planta productiva, la cancelación del aeropuerto y diversos anuncios que probablemente generan incertidumbre para los inversionistas.
AMU
:quality(75)/media/dinero/images/2015/11/pibg231115.jpg)
:quality(75)/media/dinero/images/2019/03/mexico-mapa_1.jpg)
:quality(75)/media/dinero/images/2018/01/mexicanotriste.jpg)