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El sector empresarial mexicano anticipa que la economía crecerá cerca del 1.0% para todo el 2023, principalmente ante una debilidad en las condiciones económicas mundiales.
Los representantes de las diversas cúpulas privadas consultados por Excélsior mencionaron que la posible recesión en Estados Unidos será lo que más afecte el desempeño de la actividad económica; no obstante, reconocieron que la actividad productiva ya se habrá recuperado de los estragos que dejó la pandemia de covid-19.
Una inflación a la baja así como el nivel elevado de las tasas de interés fueron otras de las variables que los empresarios prevén para este año.
La pregunta clave es: ¿Cuál es la diferencia entre crisis y recesión económica?
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), José Medina Mora, comentó que para 2023 el consenso espera un crecimiento de alrededor de 1.5 por ciento, ante una desaceleración de la actividad económica en Estados Unidos y por un aumento generalizado de las tasas de interés.
De concretarse este escenario, el sexenio actual tendría un crecimiento anual promedio de 0.2 por ciento. Es decir, un sexenio de estancamiento en cuanto a crecimiento económico”, expuso.
Para Coparmex, el apetito de inversión por el nearshoring puede dar margen para mejorar las perspectivas económicas, siembre que haya confianza y certidumbre para el capital privado.
Se requiere mandar mensajes contundentes de certidumbre y respeto al Estado de derecho. Entre ellos, la pronta resolución de las consultas en materia energética y permitir la competencia en este sector”, señaló Medina Mora
En cuanto a la inflación, el sector patronal prevé que se mantenga controlando, en niveles de 5 al 6 por ciento, y regresar al objetivo del Banco de México (Banxico), pero de forma lenta.
Un crecimiento del PIB de 1.0% para 2023, así como una inflación a la baja, que podría cerrar en niveles del 5 por ciento, son las perspectivas del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Carlos Hurtado López, director general del organismo que pertenece al Consejo Coordinador Empresarial, expuso que este crecimiento se deberá a los efectos de la desaceleración en Estados Unidos, lo cual impactará negativamente en las exportaciones mexicanas, y con ello al sector industrial.
Es muy difícil ver de dónde habrá un mayor crecimiento para la economía, sobre todo por el contexto internacional, lo que hará que se reduzca el crecimiento… pero no olvidemos que los niveles de PIB ya han sido muy malos, desde 2018”.
Por el lado de la inflación, anticipa que se ubique también en niveles del 5.0% para finales de año, mientras que el tipo de cambio se mantendrá en niveles de 20 pesos por dólar.
Sobre la tasa de interés, Hurtado López comentó que el CEESP no tiene un pronóstico, sin embargo, aseveró que las previsiones es que se mantenga el diferencial de 600 puntos base con respecto a la Reserva Federal de Estados Unidos.
Las perspectivas más optimistas entre las diversas cúpulas empresariales las tiene la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur). De acuerdo con su presidente, Héctor Tejada, prevén un crecimiento del PIB del 2.5% para todo 2023.
Y para el sector terciario, que representa el comercio y los servicios, el líder empresarial prevé que mantendrá una racha de crecimiento cada trimestre, de próximamente un tres por ciento.
En el sector turismo buscaremos que México regrese a ocupar una mejor posición, como uno de los 10 lugares más visitados del mundo y la derrama económica será muy importante para el sector turismo en nuestro país, esto junto con las remesas”, expuso.
Tejada reconoció que las perspectivas económicas están sujetas a riesgos, pues que se cumplan dependerá de cómo se apliquen las distintas políticas públicas y económicas.
Finalmente, con respecto a los precios, el presidente de Concanaco señaló que esperan que siga descendiendo, para llegar a los niveles objetivo de la autoridad monetaria.
En su análisis semanal, el CEESP insistió en que urge generar condiciones y prácticas económicas más adecuadas para que la economía funcione mejor, con menores costos y mayor productividad, además de contar con los incentivos correctos para la inversión.
Es una tarea compleja pero necesaria para aprovechar las condiciones internacionales que pueden hacer que México vuelva a crecer, lo haga sostenidamente y a tasas mayores a las de los últimos 25 años”, expuso.
Y es que el organismo de análisis advirtió que la evolución de algunos indicadores empieza a sugerir un nuevo episodio de estancamiento en los últimos meses del 2022, principalmente por el lado del consumo privado.
Para noviembre y diciembre la estimación oportuna del Inegi arroja disminuciones mensuales del indicador de 0.4%… El consumo privado es un importante impulsor del PIB, especialmente en el corto plazo, y su estancamiento augura un menor crecimiento del país”, expuso.
Por: Lindsay H. Esquivel
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