El extraño caso por el que los supermercados en Francia aumentaron sus precios

CIUDAD DE MÉXICO.- Debido a que cinco cadenas de supermercados controlan alrededor del 80 por ciento de todo el comercio organizado de alimentos en Francia, quizá se justifique que las autoridades de ese país investiguen qué tan competitivo es el mercado en realidad.

Aparentemente, demasiado competitivo: el 1.° de febrero, una nueva ley obligó a los comerciantes a aumentar los precios de los alimentos básicos para que los consumidores no se aprovecharan indebidamente de las tiendas que tratan de atraerlos con buenas ofertas.

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El objetivo de la nueva ley “Loi Alimentation” es garantizar mejores ingresos para los agricultores franceses y para los productores de pequeña escala, quienes en la actualidad tienen pocos ingresos. Su medida más importante pretende impedir cualquier guerra de precios garantizando que no se pueda vender ningún alimento con un margen de ganancia menor al diez por ciento.

Sin embargo, el impacto inmediato no es aumentar el precio de las verduras, la carne y otros productos que venden los agricultores franceses a los supermercados: los márgenes sobre esos ya son mucho más altos que el nivel que se exige.

Más bien, los diarios han estado llenos de historias de terror acerca del aumento vertiginoso al precio del pastis, una bebida espirituosa esencial (hasta en un 9,9 por ciento en un comercio, según “Le Parisien”), la Nutella (en un 8,4 por ciento), el queso Camembert Président (en un 8,6 por ciento) y la Coca-Cola (en un cinco por ciento), los cuales antes se vendían más o menos a un costo atractivo para los compradores tacaños.

No está claro cómo es que los consumidores que pagan más por la Coca-Cola harán que se paguen precios más altos por la leche de los agricultores franceses. Los partidarios de esta ley sostienen que los comerciantes que obtienen mayores márgenes de ganancias de los frascos de Nutella tendrán más dinero para pagar precios más altos a los agricultores. No explican con exactitud la forma en que esto puede ocurrir.

Hay mucho escepticismo. Michel-Édouard Leclerc, director general de E. Leclerc, la cadena de supermercados más grande de Francia, comenta que la idea de que el dinero sumado a los precios de la comida chatarra llegará a los agricultores es “un fraude”.

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Los agricultores se quejan de que a pesar de la nueva ley, todavía están a merced de los supermercados cuyo comportamiento “hipercapitalista” ha suscitado la necesidad de que exista una legislación en primer lugar. Los grupos de consumidores creen que, como resultado, los compradores saldrán perdiendo 1,400 millones de euros (1600 millones de dólares) al año.

Los supermercados ya están encontrando formas de eludir la intención de esta ley. Ahora está prohibido ofrecer descuentos excesivos sobre los alimentos, como las ofertas de comprar un artículo y obtener otro igual gratis, pero, en vez de eso, los comerciantes simplemente han prometido abonar lo que se ahorra en tarjetas de lealtad.

Elevar los precios de la Nutella y el Nescafé es una oportunidad para que ellos promuevan los equivalentes de su propia marca, que ya tienen márgenes de ganancia dos dígitos.

El Ministerio de Agricultura señala que la familia promedio solo pagará 50 centavos más al mes como resultado de esta ley, siempre y cuando su canasta de compras no se llene con el tipo de alimentos equivocado.

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Lógicamente, desea encontrar más formas para que los 400,000 agricultores franceses compitan con un comercio minorista más concentrado que nunca. No obstante, intentar llevar más dinero al bolsillo de los agricultores significa que alguien más pierda.

La nueva ley estaba programada para entrar en vigor a finales del año pasado, pero fue postergada después de que las protestas de los “chalecos amarillos” atrajeron la atención hacia las tantas formas en que la injerencia del gobierno estaba elevando el costo de vida.