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La posibilidad de recesión en Estados Unidos alcanza 87.8% y podría adelantarse a este verano. “El desorden bancario es uno de los factores que aceleró este fenómeno”, afirmó Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base.
Hasta antes del desorden bancario creíamos que la recesión podría llegar a finales de este año y, ahora, con este problema, creemos que se adelantaría a finales del verano.
Sería una recesión leve y obviamente afectaría de manera directa a México, a través de las exportaciones, las remesas y la inversión extranjera directa”, dijo.
La ejecutiva destacó que, antes del desorden bancario, la probabilidad de una recesión en Estados Unidos estaba en 65%.
Detalló que el desorden provocó incertidumbre entre los depositantes, pues hubo quienes decidieron retirar sus recursos, además hay gente que no quiere depositar dinero, lo que genera falta de liquidez.
Siller destacó que el problema de los bancos sigue latente, pues aún requieren del apoyo de la Fed para obtener liquidez.
La especialista mencionó que la economía del país vecino lleva varios meses desacelerándose, pues existen indicadores como los permisos para la construcción, el otorgamiento de créditos, la generación de empleos, entre otros, que muestran una tendencia a la baja.
En cuanto a México, reconoció que una recesión en Estados Unidos afectaría a nuestro país y alertó que si se aprovechara la oportunidad del nearshoring; entonces, nuestra economía podría avanzar a un ritmo más acelerado.
Si México sentará las bases para aprovechar al máximo la oportunidad del nearshoring, la inversión extranjera directa alcanzaría flujos anuales de entre 55 y 60 mil millones de dólares durante los siguientes tres a cinco años, brindando la oportunidad a que las exportaciones no petroleras se duplicaran en ocho años”.
Con esto, afirmó que el PIB de nuestro país avanzaría alrededor de 3.5% anual, se crearían más empleos, la informalidad descendería y el tipo de cambio se estabilizaría en torno a los 16 pesos.
Sin embargo, criticó que para aprovechar dicha oportunidad se requiere mayores niveles de gobernanza, lo que implica Estado de derecho, seguridad y políticas que impulsen el buen ambiente de negocios. Asimismo, se requiere de paquetes de estímulos fiscales y la búsqueda activa de inversiones.
Por Eréndira Espinosa
