El etiquetado de la discordia

Nuestro principal socio comercial, EU, junto con Suiza y la Unión Europea, acusaron a México dentro de la Organización Mundial de Comercio por detener el comercio con el nuevo etiquetado frontal de alimentos. Mientras, en México, el etiquetado frontal originó que el Consejo Coordinador Empresarial y la Concamin hablaran de una imposición del gobierno.

 SE QUEDAN SÓLO LOS CINCO OCTÓGONOS NEGROS

En México tenemos una epidemia de obesidad y diabetes. Y dentro de muchas otras aristas, uno de los elementos para combatir la obesidad y diabetes es el etiquetado de alimentos, que en México no se entiende prácticamente nada.

El nuevo etiquetado frontal en los alimentos, impulsado por las autoridades en la NOM 051 (con la nueva Ley General de Salud), tendría cinco octógonos negros. Todos irían al frente de cada alimento procesado y advertirán de los excesos en 1. Calorías, 2. Grasas trans, 3. Grasas saturadas, 4. Azucares, y 5. Sodio.

NO LE HICIERON CASO A 800 COMENTARIOS

El problema de tal etiquetado frontal de alimentos fue su imposición. A pesar de los más de 800 comentarios recibidos por parte de la industria durante los 60 días que duró la consulta en la Conamer (Comisión Nacional de Mejora Regulatoria), las autoridades no se movieron un ápice.

Todavía el último día de consulta, la Comisión Federal de Competencia Económica, presidida por Alejandra Palacios, pidió un etiquetado frontal con más información a favor del consumidor.

Las autoridades sanitarias no le hicieron caso a la Cofece ni a nadie. Después de los 60 días de la consulta, dentro del Comité de Normalización, el etiquetado frontal siguió intacto.

Y vino la explosión de inconformidad. Un Consejo Coordinador Empresarial, presidido por Carlos Salazar, que empieza a levantarle la voz a la 4T, y al igual que Concamin (la confederación de industriales encabezada por Francisco Cervantes), acusó a las autoridades de “imponer el etiquetado”. Firmas como Bimbo o Sigma están expectantes.

 EU Y SUIZA ACUSAN A MÉXICO DE FRENAR COMERCIO EN OMC

EU, siendo nuestro principal socio comercial, acudió a la Organización Mundial del Comercio para solicitar que México tarde dos años en imponer un nuevo etiquetado frontal de alimentos, dado que no hay pruebas científicas de que tal etiquetado frontal vaya a reducir la obesidad y la diabetes. 

Algo similar hizo Suiza con empresas fuertes de consumo como Nestlé, Lindt o Ricola. Y la preocupación fue la misma: no hay evidencia científica ni técnica de que el nuevo etiquetado sea un factor determinando para reducir la crisis de obesidad y diabetes. En cambio, sí va a reducir el comercio que se tiene con el país europeo.

Y la preocupación también la externó la misma Unión Europea en la OMC, donde hay otras empresas representativas como la gigante Unilever o Ferrero Rocher.

La 4T quiere hacer algo radical para combatir la obesidad y la diabetes, aunque sólo con el etiquetado no se va a lograr. Deberá mejorarse el etiquetado y completarse con una política de salud pública.