Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

3 Ago, 2022

No se derrumbará la T2

 

Dentro de la gran madeja de problemas que enfrenta el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el principal para su nuevo director general, Carlos Velázquez Tiscareño, vicealmirante y piloto aviador en retiro, es la Terminal 2.

Para tranquilidad de Aeroméxico y su socio Delta, que son los principales usuarios de la T2 y que apenas están recuperándose del proceso de quiebra bajo el Chapter 11 en Estados Unidos, la intención de Velázquez Tiscareño no es derrumbar ni cerrar la Terminal 2, por el gran caos que se generaría al pretender trasladar vuelos a la T1 y al AIFA, que no tiene vuelos internacionales ni los tendrá mientras no recuperemos la Categoría en seguridad aérea número 1 por parte de la FAA.

Aunque todavía no se realiza la entrega-recepción porque está en proceso una auditoría a fondo, Velázquez Tiscareño realizó ya cambios en todas las áreas estratégicas del AICM: desde autotransporte, administración y operaciones hasta recursos humanos.

Para la T2 creó un equipo de expertos en ingeniería y aviación en el que participa también el subsecretario de Transportes, Rogelio Jiménez Pons, que se reunió ayer para definir la estrategia a seguir en la T2, cómo será apuntalada con la menor afectación a los usuarios y el costo que implicará la aportación de recursos de la SICT.

El presidente López Obrador aseguró que hubo fraude en la construcción de la T2, que entró en operaciones en 2007, y la construcción realizada por ICA y Gutsa estuvo a cargo de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), o sea, de la otrora SCT.

 

INGRESOS POR 149,299 MDP MENSUALES

El problema del AICM no es sólo la saturación que ha existido desde hace más de 20 años, y que se trata de remediar con límites de operaciones por hora, sino también el creciente número de pasajeros, que fue la razón principal por la que se construyó la T2, aunque hoy, tanto la T1 como la T2, registran, sobre todo a horas pico, un exceso de pasajeros y de visitantes.

Velázquez Tiscareño ya está poniendo orden en los más de 1,000 contratos vigentes del AICM y el lado positivo son los ingresos, que ascienden a 149 mmdp mensuales por Duty Free, alimentos, estacionamiento, servicios diversos, como hoteles, telecomunicaciones, bancarios y renta de locales, muchos de los cuales, por cierto, presentan adeudos que tendrán que ser cubiertos, igual que los retrasos por más de 104 mdp en pagos por parte de las siete organizaciones de taxistas.

La insuficiente inversión en mantenimiento inició el sexenio pasado porque sería cerrado cuando entrara en operaciones el NAIM y en la 4T la inversión se afectó por la “austeridad republicana” y la mala gestión de los dos titulares de la hoy SICT, Javier Jiménez Espriú y Jorge Arganis.

 

REACTIVAR COCOA

En nada ayuda que hay coordinación entre las autoridades aéreas: Seneam, AFAC y AICM. Jorge Arganis no parece estar enterado de que es él la cabeza del sector y de que Antonio Rodríguez, titular de la AFAC y responsable de que no hayamos recuperado la Categoría 1, no le rinde cuentas más que al titular de la Sedena.

Lo ideal sería que ya se vaya Arganis, reactivar la Comisión Coordinadora de Autoridades (Cocoa) y poner al frente a un buen operador, como Velázquez Tiscareño, que realmente sea un coordinador de las autoridades del sector.

 

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