El salvaje viaje de la IA y la llegada de Sora

El avance que ha tenido la “inteligencia artificial” generativa es impresionante en menos de dos años. Sin embargo, no todo va viento en popa: esta tecnología se ha ido estancando poco a poco en el uso que hacen los “mortales” de ella, y de ahí que empresas como Open AI tengan que acelerar la presentación de otros usos de la herramienta y mostrado lo que viene en convertir texto a video.

Vamos a dar unos datos: la firma de análisis Similarweb indica que la era post-ChatGPT de OpenAI está llegando más rápido de lo que muchos anticiparon.

El bot “inteligente” ha experimentado una disminución del tráfico web en cinco de los últimos ocho meses y actualmente ha bajado 11 por ciento desde su pico de mayo de 2023. Su aplicación móvil, mientras tanto, no va a ninguna parte rápidamente, con menos usuarios totales que los que Snapchat agregó sólo el último trimestre.

Aunque OpenAI inicialmente imaginó el bot como una demostración de sus modelos GPT, rápidamente creció hasta convertirse en algo mucho más grande, lo que generó grandes sueños sobre lo que podría ser. Ahora, a medida que el crecimiento disminuye, la compañía se ha estado esforzando más en seguir mostrando novedades para atraer inversiones y preguntándose por qué su producto estrella no pudo sostener su rápida aceleración.

A pesar de la atención que ha atraído, ChatGPT todavía no es popular y mucho menos inteligente. En otra ocasión hablaremos de eso y por qué las empresas como Open AI buscan con desesperación mejores chips de IA con mayor almacenamiento y capacidad de procesamiento, para mejorar sus herramientas generativas que no van hacia la IA general, como muchos lo siguen creyendo.

La semana pasada se presentó Sora, la nueva herramienta que genera video a través de texto, el cual es sorprendente, aunque aún con algunas fallas que se irán corrigiendo con el tiempo, pero así como se ha mostrado es importante poner algunos puntos a considerar.

En uno de los videos que se mostraron en redes la semana pasada se veía a unas hormigas caminando por unos túneles bajo la tierra, muy realistas de verdad, pero con un grave error: las hormigas tienen seis patas y no cuatro como se podía observar. Lo mismo pasó con otro video de un vaso de cristal que es azotado en una mesa y éste no se rompe, mostrando todavía las fallas en la física de la herramienta. Puede ser algo insignificante para algunos, pero importante para otros.

Imagine que se empieza a masificar esta herramienta tecnológica, que por el momento no es pública, y se comienza a usar en diferentes aspectos, como en crear videos educativos falsos o con errores, que llegue a una generación de niños que no noten esos problemas.

Es preocupante, créame. En poco tiempo, con Sora o algunas contrapartes de código abierto que surgirán, los estafadores comenzarán a hacer videos falsos fotorrealistas simplemente para vender anuncios, defraudar o afectar decisiones. El usuario promedio no tendrá idea de qué es legítimo y qué no.

Y no es demonizar una herramienta que posiblemente ayude a mejorar mucho el trabajo creativo o, por fin, a dar ese chispazo que se requiere para crear mundos virtuales que puedan trabajar conjuntamente bajo una plataforma que se está construyendo y cuyo nombre es Metaverso.

Nos espera un viaje salvaje que debe regularse en su uso para evitar problemas graves en el futuro, sin olvidar los grandes factores de gasto energético por el procesamiento que se requiere para que la IA generativa sea exitosa, que pueden afectar al mundo físico.

El Informe de riesgos globales 2024 del Foro Económico Mundial enumeró la información errónea y la desinformación generada por IA como el riesgo más importante que enfrentará el mundo en 2024, y por ello es importante que las empresas que desarrollen esta tecnología y la pongan a disposición de los usuarios coloquen clasificadores que podrían alertar si un video fue generado por Sora u otra aplicación de este tipo. Además, deben incluir metadatos C2PA, que son adiciones imperceptibles a los archivos que contienen contenido generado por IA que permitirían la verificación de procedencia. Esto es clave contra el fraude.