Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

16 Dic, 2010

Distingue a México el FMI

Justo la semana pasada escribía yo en esta columna sobre las finanzas públicas de México, y decía lo siguiente: “Llevamos prácticamente 14 años que han abarcado tres administraciones —los últimos tres de Ernesto Zedillo, los seis de Vicente Fox y los cuatro que acaba de cumplir el presidente Calderón—. Estos gobiernos  no gastaron más de lo que recibieron, de tal forma que el país no ha incurrido en déficit fiscales, y por eso hoy, el balance de México brilla cuando se le compara con el de la mayoría de los países.

“La estabilidad económica alcanzada nos ha permitido ganar la lucha contra la inflación y tener tasas de interés bajas, nunca vistas en los últimos 40 años. Si analizamos las cifras gruesas, tenemos una situación financiera envidiable, la deuda total del Estado mexicano, interna y externa, representa apenas 36% del Producto Interno Bruto, en tanto que para muchos miembros de la comunidad económica europea esta cifra es de 70% en promedio, y hay casos extremos como Grecia e Irlanda, donde la deuda es mucho mayor que su producto interno bruto. Lo anterior también es cierto para países desarrollados como Estados Unidos y Gran Bretaña, donde su deuda total es de alrededor de 85% de su PIB; además, preocupa mucho que en los países mencionados, sus déficit presupuestales sigan siendo elevados (por encima de 7%), con lo cual en lugar de disminuir el tamaño de su deuda total, ésta se seguirá incrementando.”

En virtud de lo anterior, el martes pasado, en la visita que hizo a México el director gerente del FMI (Dominique Strauss-Kahn) en entrevista con el presidente Calderón, el gobernador de Banco de México y el secretario de Hacienda, se anunció que nuestra nación solicitará un incremento a la línea de crédito contingente que tiene con esa institución, la cual hoy es de 48 mil millones de dólares, a 73 mil millones de dólares para los siguientes dos años. Es muy interesante resaltar que si se autoriza, ésta será la línea de crédito contingente más grande jamás otorgada a cualquiera de los miembros del FMI. Por supuesto el hecho de presentarla como una solicitud de nuestro país, es un mero formalismo y no tengo la menor duda de que será autorizada. Como expliqué en la primera parte, las finanzas públicas de nuestro país han sido muy sanas y consistentes; y por esto el  FMI nos distingue.

Las implicaciones que puede tener lo expuesto son muchas. En primer lugar, el gobierno ya no tendrá la necesidad de seguir acumulando reservas internacionales, mismas que actualmente están prácticamente en 115 mil millones de dólares; y los excedentes de esta moneda que recibiremos en los próximos años, podrían dedicarse a fomentar actividades productivas. Además, las finanzas nacionales quedan protegidas ya que si por cualquier razón se presentara una nueva crisis financiera internacional y ésta desembocara en ataques especulativos contra nuestra moneda, Banco de México contaría con recursos más que suficientes para afrontar una situación como la que describo.

De la misma manera, las reservas más la línea de crédito contingente se acercarían a los 200 mil millones de dólares, y el capital golondrina, es decir, la entrada de flujos financieros que hemos tenido en los últimos años proveniente de fondos de inversión del exterior que han venido a vender sus dólares para recibir pesos y con estos comprar Cetes y bonos emitidos por el gobierno federal, cuyo saldo debe de andar, medido en dólares, en cerca de 35 mil millones, representarían casi seis veces el saldo de este capital, que por su propia naturaleza es peligroso, ya que pudiera irse de repente por cualquier circunstancia.

¡Qué lástima que la estructura financiera que con tantos esfuerzos hemos logrado alcanzar, no se esté aprovechando para imprimir crecimiento económico, creación de empleos y disminución paulatina de los niveles de pobreza que tenemos! ¡Qué lástima que la clase política mexicana tenga secuestradas las reformas estructurales que requiere México para lograr lo anterior! ¡Qué lástima que nos tengan que venir a decir del exterior lo bien que estamos, y nosotros, no nos demos cuenta! ¡Qué lástima que para la mayoría de los políticos mexicanos, 112 millones de personas y su bienestar no sean prioritarios!

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