Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

27 Ene, 2011

Los riesgos de 2011

He manifestado en mis últimas columnas, mi optimismo con relación al crecimiento económico mundial en lo general, y en lo particular, a lo que toca a la economía estadunidense y a la mexicana. A pesar de esto, no hay escenario sin riesgo y yo he querido, sin ser alarmista, en este artículo tratar de esbozar, a mi juicio, cuáles son los riesgos que existen en el futuro próximo.

Para Estados Unidos, me queda claro que el principal problema está en el déficit que enfrenta esa nación; su deuda, en relación al tamaño de su economía es enorme, está por arriba de 80%. Hacía muchísimos años que no tenía una proporción tan elevada. Este sólo hecho preocupa, ya que en los próximos meses, Estados Unidos deberá empezar a dar señales de cómo va a resolver el problema, si no es así, la preocupación mundial se incrementará y esto podrá provocar debilitamiento del dólar, y lógicamente, una presión al alza de las tasas de interés, que a todas luces sería muy inconveniente; en este momento, cuando el crecimiento de su economía aún no acaba de consolidarse. La solución al problema del déficit norteamericano no es fácil, ya que la medicina lógica para resolver esta situación, está en reducir el gasto y/o incrementar los impuestos. Pero cualquiera de estas dos medidas, irían en contra de la recuperación del empleo, que es en el ámbito político y social, lo que más preocupa a la administración del presidente Obama. Asimismo, hay que recordar que hoy, una gran parte de ese déficit está financiado con los sobrantes de dinero que existen en otros países, por ejemplo: el Banco Central de China tiene casi un trillón de dólares invertidos en bonos del Tesoro norteamericano, Japón 860 mil millones, Gran Bretaña 460, etc.; es más, me imagino que un porcentaje muy elevado de los 117 mil millones de dólares de las reservas que tiene Banco de México, están invertidas en bonos del tesoro norteamericano. Además de que los montos son muy impresionantes, dada la coyuntura que se formó, en y después de la crisis, el rendimiento de estos bonos está en mínimos históricos, por lo cual el financiamiento, a EU le está resultando muy barato.

El resumen de todo lo anterior, es que un fuerte incremento en las tasas de interés (contexto que no estoy previendo) podría dar al traste con el proceso de recuperación. El panorama mexicano que también he subrayado como optimista, tiene, de la misma manera, algunos riesgos: el primero y más importante, es que se tropezará la economía de EU. Si por cualquier razón, a nuestros vecinos les va mal, a nosotros nos irá peor. Nuestro segundo riesgo, que es un escenario muy poco probable, es que el precio del petróleo cayera abruptamente. La fragilidad de la economía mexicana ante los dos eventos señalados, es producto de la falta de acuerdos políticos para  haber logrado las reformas estructurales que el país requiere. Todos los mexicanos pensantes, sabemos cuáles son; los políticos, aun los ignorantes (y hay muchos) también lo saben; sin embargo a los que no estamos en la política, nos queda claro que hay una mayoría de legisladores que se han dedicado a bloquear los cambios estructurales en los últimos 14 años.

Otros riesgos en el entorno mundial, se localizan en Europa y en China. En el Viejo Continente, aún no se han resuelto los problemas de los países que dentro de la unidad monetaria están sobre endeudados. Los últimos datos apuntan a que la problemática se irá resolviendo poco a poco; pero si esto no sucediera, un colapso de la economía europea, evidentemente, tendría resultados adversos para el resto del mundo. En el caso de China, lo más preocupante es que perdiera su ímpetu de crecimiento —lo veo muy poco probable— aunque si por cualquier circunstancia esa gigantesca nación entrara en algún tipo de recesión, no tengo la menor duda de que sufriría el mundo en su conjunto.

Este tema es tan interesante, que lo tocaré más a fondo en mi próxima columna.