Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

11 Feb, 2011

Porque odio el 14 de febrero

La columna más polémica que he escrito en este diario fue en mayo del año pasado cuando escribí las razones por las que pienso que el Día de las Madres no se debe de festejar. Y como soy un grinch democrático tengo que decir, también, que odio el 14 de febrero, día de la amistad, del amor, de San Valentín. Me levantó de malas y conforme pasa el día, y observo las dinámicas a mi alrededor me pongo de peor.

¿Tendrá que ver con un trauma preescolar cuando algún 14 de febrero nadie se acordó de mí? Quizá. Pero hoy por hoy lo que más odio es el énfasis que este día pone entre el amor y el dinero. Más que día del “amor y la amistad” es el día de “dime cuánto gastas y te diré cuanto me quieres.”

Podrá ser que nadie espere un diamante de ocho kilates ese día, pero todos esperan que el amor que la pareja siente se trauzca a pesos y centavos. Sea en una cena, unas flores, unos chocolates, etcétera… Todos a sobreprecio

La idea de tener que celebrar “el amor” en el día estipulado para eso se me hace manipulativa al máximo. “Es que es una oportunidad para demostrar cuánto nos queremos”. Patrañas. Eso se demuestra 365 días al año. No estoy en contra de agasajar a la pareja, pero sí por hacerlo para llenar un requerimiento.

Y luego entra en juego mi deformación profesional. El tema del dinero. La manera en que aún las personas más organizadas y prudentes en su gasto se desviven por encontrar y se endeudan al comprar ese regalo perfecto.

Financieramente el día del amor me molesta por las razones comunes, la presión por gastar, el sobreprecio de las flores, chocolates, globos y objetos similares, las expectativas de siempre recibir/dar algo mejor (independientemente de que financieramente sea un gasto que no se pueda hacer), pero también porque esconde varios vicios ocultos de las parejas mexicanas.

La falta de comunicación financiera es la primera causa de conflicto y divorcio de muchas familias. El mismo hombre que está en el puesto de flores comprando todas las rosas es el que sigue manejando su vida bajo el lema de “a las mujeres ni todo el amor ni todo el dinero.” La mujer que se pasas cocinando la cena ideal, que incluye el pastel de corazón abetunado, es la misma que hace robo hormiga del gasto de la casa. Un tercio de todas las parejas que cenan esa noche agarraditos de la mano son víctimas y victimarios de violencia económica (por dejar a un lado el resto de los tipos de violencia).

Irónicamente, el día que se celebra a la pareja es el día en que manejamos la dinámica de dinero menos productiva: tu me das a mí, yo te doy a ti. Poca importancia se pone en lo que hacemos nosotros, en a los objetivos comunes.

Sé que esta es una opinión difícil de compartir (acepto todos los comentarios y críticas siempre y cuando no sean anónimas), pero creo que entre la locura de las compras y festejos es importante reflexionar sobre lo que este día ofrece y lo que quita.

“Regale afecto no lo compre” ya es demasiado cliché para citar. Sin embargo, he aquí unas ideas de cómo realmente celebrar el amor este 14 de febrero: compren un seguro de gastos médicos, hagan o actualicen su testamento, empiecen a abrir una cuenta para usar como fondo de emergencia o para poner el enganche de una casa (y lo que se ahorren cada 14 de febrero deposítenlo, hacer un presupuesto conjunto y desenrollen los conflictos financieros que tanto daño nos hacen), tómense la noche para hacer un presupuesto conjunto y desenrollen los conflictos financieros que tanto daño hacen. En vez de gastar en regalos, paguen una parte de las deudas pendientes… En fin las opciones son muchas. Siempre y cuando el énfasis del gasto sea en el beneficio conjunto e inteligente.

¿Quieres un amor que perdure? Las rosas y los chocolates no sirven de mucho. En mi opinión la mejor manera de demostrar amor es construyendo la comunicación financiera y solucionando los problemas de dinero que existen en la pareja. Quizá el 14 de febrero sea un buen momento para empezar.

*Especialista en finanzas personales. Doktor Dinero
adina@doktordinero.com
www.doktordinero.com